Acompañada por los Reyes, Felipe VI y Letizia, la agenda de Leonor combinó un protocolo estricto con momentos de cercanía con los navarros, que esperaban este momento desde que su padre fue proclamado Rey. La joven pudo incluso contemplar el pergamino original de 1423 que dio origen a su nuevo título.
Este viernes ha quedado marcado en la agenda de la princesa Leonor como uno de los más significativos. No se trataba de otra visita oficial. Era el debut de un título histórico, el de Princesa de Viana, en la tierra que le da nombre: Navarra. Por primera vez, la heredera pisaba la comunidad foral junto a sus padres, los Reyes Felipe VI y Letizia.
Para entender la importancia de este día, hay que remontarse bastante en el tiempo. El título de Príncipe de Viana fue creado en 1423 por el rey Carlos III el Noble de Navarra para su nieto, Carlos de Trastámara. Era una forma de equiparar el reino navarro con otras coronas que ya tenían títulos específicos para sus herederos. Sin embargo, con el paso de los siglos, su uso quedó en el olvido.
Fue en la década de los noventa cuando Felipe, entonces Príncipe de Asturias, lo recuperó. Su abuelo, don Juan de Borbón, tuvo mucho que ver en ello. La concesión de la Medalla de Oro del Gobierno de Navarra a don Juan en 1993 fue el detonante. El entonces príncipe Felipe acudió a agradecer el galardón en nombre de su abuelo y en su discurso fue presentado por primera vez como príncipe de Viana. Unos años después, en 1998, Felipe haría su primera visita a la localidad de Viana, ya ostentando oficialmente el título, un hecho histórico que ahora repite su hija, la princesa Leonor.
La jornada de los reyes Felipe y Letizia junto a la princesa Leonor comenzó en Pamplona

La primera parada de la Familia Real tuvo lugar en la capital de la Comunidad Autónoma. El palacio de Navarra, sede del gobierno foral, fue el escenario del primer acto institucional. Allí, la princesa Leonor, junto a sus padres, mantuvo un breve encuentro con la presidenta María Chivite y otros representantes públicos.
Fue en el salón Isabelino donde se vivió uno de los momentos con más peso histórico. La heredera tuvo la oportunidad de mirar personalmente el documento de creación del Principado de Viana, un pergamino original fechado el 20 de enero de 1423. Acto seguido, procedió a firmar el libro de honor, donde dejó por escrito su compromiso.
“Siento un gran respeto y estima por lo que supone este título de Princesa de Viana y el hecho de haber podido ver ese documento original de hace más de 600 años en el que este título queda instituido para los herederos del Reino de Navarra, me compromete y me responsabiliza para comprender aún más su dimensión histórica y simbólica”, escribió Leonor.
Viana recibe a su Princesa

Si Pamplona fue el acto protocolario, Viana fue la celebración popular. Los reyes y la princesa Leonor se dirigieron al ayuntamiento, desde cuyo balcón salieron para recibir las ovaciones de la multitud. Después del saludo, la agenda continuó con una visita a las ruinas de la iglesia de San Pedro para ver una exposición conmemorativa del 600 aniversario del título.
Esta visita ha reavivado el recuerdo del Premio Príncipe de Viana de la Cultura. Creado a semejanza de los Princesa de Asturias, este galardón era entregado anualmente por Felipe VI. Sin embargo, hace una década, la entonces presidenta Uxue Barkos decidió desligarlo de la corona y la Familia Real dejó de ser invitada a su entrega.
El hecho de que Leonor haya estrenado ahora su título de Princesa de Viana con una visita tan destacada ha hecho que surjan voces especulando sobre una posible reconciliación. El viaje de la princesa Leonor a Navarra ha sido mucho más que una serie de actos protocolarios. Ha sido la materialización de un vínculo histórico, la puesta en escena de un título que conecta a la heredera moderna con un reino medieval. Leonor no solo ha mostrado una vez más su soltura en actos públicos, sino que ha demostrado comprender la carga histórica que conlleva ser Princesa de Viana, "este título me compromete y me responsabiliza”.