Nuevo lío con los VTC y los taxistas por los precios cuando llueve: «Es una estafa»

La lluvia vuelve a traer problemas en las calles, sobre todo en ciudades como las de Madrid y Barcelona. No solo por los atascos o los paraguas a contracorriente, sino por el enfrentamiento constante entre el taxi tradicional y los VTC.

Cada vez que las gotas golpean el asfalto, la queja se repite: las tarifas de los vehículos de transporte con conductor (VTC) se disparan, mientras los taxis mantienen su precio regulado.

EL MULTIPLICADOR TARIFARIO DE LAS VTC AUMENTAN LOS PRECIOS POR LLUVIA

Hablamos de que estas plataformas no trabajan con precios cerrados, sino con tarifas dinámicas que suben o bajan función de factores externos, como la concentración de la demanda, la nocturnidad o, incluso, la meteorología.

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El kilómetro le sale al cliente un tanto por ciento más caro si el servicio se realiza de madrugada, si llueve, o si hay muchas peticiones en la zona, por ejemplo, a la salida de un partido de fútbol o de un macroconcierto. Es lo que se conoce como multiplicador tarifario, una suerte de tasa que aplican las VTC en determinados momentos,

Y es aquí el gran enfado de los clientes que alguna vez que otra han pedido uno de estos servicios. «Cuando llueve, pedir un VTC es un lujo que no todos pueden pagar«, resume un usuario en X. La frase se repite en redes sociales, donde los pantallazos de aplicaciones como Uber o Cabify muestran precios duplicados o triplicados en trayectos que, en taxi, costarían mucho menos.

Madrid Concentra Casi La Mitad Del Exceso De Licencias, Con Una Ratio De Un Vtc Por Cada 1,6 Taxis
Fuente: Agencias

El fenómeno no es nuevo. Las plataformas de VTC aplican un sistema de ‘tarifa dinámica’ que ajusta el precio según la oferta y la demanda. Si llueve, la demanda crece y el algoritmo encarece el servicio. Para los defensores de este modelo, es la ley del mercado. Para los detractores, un abuso.

Los taxistas lo tienen claro. Esto es un atraco al cliente, una estafa», denunciaron hace unos meses desde la Federación Profesional del Taxi en Madrid. «Nosotros cobramos lo mismo haga sol o caiga una tromba de agua, porque nuestras tarifas son públicas y están fijadas por el Ayuntamiento. Ellos juegan con las necesidades de la gente«, añadían.

Desde el sector de los VTC, en cambio, la explicación es otra. Señalan que la flexibilidad tarifaria es lo que garantiza que siempre haya coches disponibles. «Si no existiera la tarifa dinámica, en un día de lluvia muchos conductores desconectarían la aplicación. Con el ajuste de precios, siempre hay alguien dispuesto a dar el servicio», defienden desde las plataformas.

Nuevo Lío Con Los Vtc Y Los Taxistas Por Los Precios Cuando Llueve: &Quot;Es Una Estafa&Quot; Fuente: Agencias
Un Vtc Operado Por La Compañía Bolt Fuente: Agencias

EL USUARIO ES EL QUE QUEDA ATRAPADO

El problema es que, en la práctica, el usuario queda atrapado. Si necesita moverse con urgencia y no encuentra taxi libre, la única opción es pagar más por un VTC. Y esa diferencia puede ser significativa. Según denuncian asociaciones de consumidores, en trayectos urbanos el precio llega a multiplicarse por tres en cuestión de minutos.

Las organizaciones de usuarios reclaman una regulación más estricta. «No pedimos que desaparezcan los VTC, pero sí que no puedan especular con algo tan básico como el transporte urbano» señaló Rubén Sánchez, portavoz de FACUA. Para la asociación, la clave está en que la Administración limite el margen de variación de los precios.

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La polémica ha llegado también a los ayuntamientos y comunidades autónomas. En Madrid, el consistorio asegura que no tiene competencias para fijar las tarifas de los VTC, mientras que la Comunidad se escuda en que son servicios privados. En Cataluña, la Generalitat ha avanzado que estudiará la posibilidad de establecer topes en momentos de alta demanda.

De momento, lo único claro es que la tensión no afloja. Taxistas y VTC conviven en un espacio cada vez más estrecho, marcado por continuas disputas legales y protestas en la calle. La lluvia, lejos de ser solo un fenómeno meteorológico, se ha convertido en el detonante de un debate más amplio sobre el modelo de movilidad en las grandes ciudades.


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