Aunque el título de princesa de Asturias es el que acapara la mayor atención mediática, la hija mayor de los Reyes cuenta con un conjunto de distinciones históricas que forman parte de la tradición de la Corona. Algunos son familiares para la ciudadanía, como princesa de Gerona, mientras que otros apenas se conocen fuera de los círculos especializados.
Más allá de princesa de Asturias, Leonor ostenta una serie de títulos que reflejan siglos de historia y la herencia de distintos reinos que conformaron la España actual. En los próximos días debutará como princesa de Viana, una dignidad vinculada al antiguo reino de Navarra, mientras que también conserva otros títulos como duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer.
Leonor como Princesa de Asturias

El de princesa de Asturias es el título más relevante de Leonor, con un profundo valor simbólico desde su creación en el siglo XIV. Fue instituido en 1388 por el rey Juan I de Castilla para su hijo Enrique y Catalina de Lancaster, dentro del Acuerdo de Bayona. La intención de esta distinción era fortalecer la dinastía Trastámara.
Para su creación, se inspiró en modelos europeos como el príncipe de Gales en Inglaterra o el delfín de Francia. Se eligió Asturias por su relevancia histórica como cuna de la Reconquista y por su posición dentro del territorio castellano.
Durante algunas etapas, este título no fue honorífico, ya que incluía jurisdicción real sobre la región y sus rentas, similar a lo que ocurre en Reino Unido con los ducados asociados al heredero. Hoy, este título mantiene su relevancia institucional, aunque no es el único que ha recibido tras la proclamación de Felipe VI en 2014.
Los otros títulos que ostenta Leonor

El título de princesa de Gerona tiene un origen ligado al reino de Aragón y se remonta a 1351, cuando Pedro IV creó el ducado de Gerona para su heredero, el futuro Juan I. Posteriormente, en el siglo XVI, Fernando I de Antequera lo elevó a principado para equipararlo con los títulos de los herederos castellanos y navarros. El primero en ostentarlo con esta dignidad fue Alfonso V de Aragón.
Gerona se eligió como enclave porque Barcelona estaba vinculada al conde-rey. La ciudad tenía un peso importante en la estructura aragonesa y se convirtió en el símbolo del heredero. El título cayó en desuso en el siglo XVII, pero Don Juan de Borbón lo recuperó en el exilio para don Juan Carlos I, junto con Asturias y Viana. Actualmente, la Fundación Princesa de Gerona ha dado visibilidad al nombre.
El próximo título que estrenará Leonor es el de princesa de Viana, creado en 1423 por Carlos III el Noble, rey de Navarra. Lo instituyó para su nieto Carlos de Trastámara y Évreux, con la intención de equiparar la dignidad de sus herederos con la de otras monarquías europeas.
El principado estaba asociado a territorios de Navarra, como Corella, Tudela, Peralta o Laguardia, que proporcionaban rentas al heredero. Sin embargo, la historia del primer príncipe de Viana estuvo marcada por tensiones con su padre, Juan II de Aragón, lo que desencadenó una guerra civil que terminó en la unión dinástica entre Navarra y Aragón.
Aunque menos conocido, el título de Princesa de Viana conserva su peso histórico. La propia Casa Real confirmó que la princesa Leonor visitará Navarra junto a los Reyes esta semana, en un acto que subraya la vigencia de esta distinción en pleno siglo XXI.
Leonor ostenta otros tres títulos menos conocidos

Además de los tres títulos con dignidad de princesa, Leonor ostenta otros tres menos conocidos: duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer. Todos ellos se remontan a la Corona de Aragón. El de duquesa de Montblanc nació en el siglo XIV, cuando Juan I lo concedió a su hermano Martín el Humano para darle un rango superior al de la nobleza. Aunque era de carácter vitalicio, pasó a formar parte de los títulos históricos de los herederos.
El condado de Cervera fue creado en 1353 por Pedro IV para su hijo Juan, y con el tiempo adquirió un valor honorífico sin implicaciones de gobierno. Por su parte, el señorío de Balaguer se instituyó en 1418 para Juan, hermano de Alfonso V. Vinculado a la antigua capital del condado de Urgel, terminó integrándose en la tradición de títulos asociados al heredero de Aragón.
Entonces, Leonor no solo es heredera como princesa de Asturias, sino que su figura está respaldada por un conjunto de títulos históricos que reflejan la riqueza de la tradición monárquica española. Desde Gerona y Viana hasta Montblanc, Cervera y Balaguer, cada uno de ellos tiene un origen propio y una carga simbólica que conecta con antiguos reinos y señoríos.