Esta expresión vasca despierta curiosidad en España, más allá del País Vasco, y se debe a su particular sonoridad y su trasfondo histórico. Su etimología ofrece dos interpretaciones fascinantes: desde «echadora de suertes» hasta «partera o curandera», destacando la evolución de la figura de la bruja en la cultura vasca que va desde sabia ancestral a perseguida y, finalmente, a símbolo de identidad cultural.
La palabra representa más que un equivalente vasco de «bruja». Funciona como un puente lingüístico y cultural que conecta el pasado mitológico del País Vasco con su presente más respetuoso con su historia. En el habla popular actual, esta expresión vasca puede usarse con un tono coloquial o incluso afectuoso, para referirse a alguien con picardía o carácter fuerte.
4La reivindicación contemporánea y uso actual

En la actualidad, asistimos a un proceso de reivindicación del término «sorgin» en muchos ámbitos culturales dentro del País Vasco. Lejos de su connotación negativa impuesta por la Inquisición, la expresión vasca se está recuperando como símbolo de identidad cultural regional, rescatando su sentido original ligado a la vida, la naturaleza y el conocimiento ancestral.
Hoy en día, «sorgiña» forma parte del vocabulario cotidiano y cultural del País Vasco. Se emplea regularmente en la literatura contemporánea, la música, el cine y el folclore regional, apareciendo también vinculada a tradiciones turísticas como las visitas a las cuevas de Zugarramurdi o el Museo de las Brujas.