Metal Gear Solid Delta evidencia la profunda comercialización de la nostalgia en los videojuegos

Hoy, 28 de agosto de 2025, sale al mercado oficialmente Metal Gear Solid Delta, un remake del legendario Metal Gear Solid 3 (2004) que lleva a cabo Konami, la empresa japonesa propietaria de una de las franquicias más laureadas de la historia de los videojuegos. Gran parte de su fama se la deben a Hideo Kojima, la mente detrás de la saga que acabó peleado con la propia Konami antes del lanzamiento de la quinta entrega numerada.

Quizá por eso los nipones no se habían atrevido todavía a «tocar» Metal Gear, salvo por la propuesta multijugador de Survive que se alejaba mucho de la esencia o la recopilación reciente de los títulos clásicos. El universo creado por Kojima impone mucho, pero ser dueños de su franquicia abre la puerta a oportunidades que multinacionales no iban a desaprovechar. De ahí que nazca este remake más de dos décadas después, centrado en un lavado de cara visual y una actualización de la jugabilidad que tampoco es demasiado profunda, solo más accesible y cómoda.

Y es que la industria actual tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero lo que está claro es que las editoras juegan cada vez más la carta de la nostalgia. Konami vuelve a poner en el escaparate a Snake con una versión remozada en PC, PlayStation 5 y Xbox Series X/S: si bien mantiene la esencia con la misma narrativa y la recreación fiel de cinemáticas y ritmo, utiliza el motor Unreal Engine 5 de Epic, nuevos modelados realistas y nuevos sistemas de iluminación, controles y opciones de cámara. Hasta han actualizado la intro con la legendaria canción interpretada originalmente por Cynthia Harrell.

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Metal Gear Solid Delta y la nostalgia como moneda de cambio

Todo ello, por supuesto, acompañado de un completo despliegue comercial que explota nuestros recuerdos y sentimientos como motor de ventas. Konami ha lanzado distintas ediciones: desde una del día uno con un traje exclusivo, hasta ediciones digitales deluxe con acceso anticipado de 48 horas, pasando por lujosos paquetes de coleccionista que incluyen steelbooks, bustos y vinilos. Lo que haga falta para que aquellos que crecieron y descubrieron un mundo con esta saga pasen o vuelvan a pasar por caja.

Pero desde luego no es la única ni será la última que convierta la nostalgia en moneda de cambio en el entretenimiento interactivo. Tenemos, de hecho, casos muy recientes. Shinobi o The Rogue of Prince of Persia, dos grandes estrenos de calidad de estas últimas semanas, podrían haber sido juegos de una nueva IP, pero no tendrían ni la mitad de éxito ni repercusión que estando bajo el nombre de propiedades intelectuales que marcaron la infancia de muchos.

Otros buenos ejemplos, y mucho más extendidos, son los de las grandes franquicias que, por todo lo que les asegura también su nombre, siguen teniendo nuevas entregas. Son innumerables, desde Assassin’s Creed o Grand Theft Auto hasta la propia Resident Evil, protagonista de los últimos días con su nuevo título en el contexto de la Gamescom de Alemania.

Gameplay De Metal Gear Solid Delta
Gameplay De Metal Gear Solid Delta | Fuente: Konami

Y sobre las nuevas versiones, la industria lleva años mirando hacia atrás. Los dueños de Final Fantasy, Silent Hill y hasta The Last of Us han encontrado en los remakes una segunda vida comercial. La fórmula apuesta por apelar a la memoria de una generación, ofrecer un producto con estándares modernos y, a cambio, asegurar cifras de ventas sólidas sin tomar riesgos creativos.

Final Fantasy, Silent Hill y hasta The Last of Us han encontrado en los remakes una segunda vida comercial

La nostalgia se ha transformado en estrategia de marketing, diseño y comunidad. Se comercializa de múltiples formas mientras muchos se preguntan hasta qué punto la industria puede seguir dependiendo de mirar atrás sin comprometer la innovación. Mientras Snake regresa a la jungla (y millones de jugadores regresan con él), Konami ya ha admitido que es muy probable que otros títulos de la saga Metal Gear sigan el destino de Delta, desde la primera entrega de Metal Gear Solid hasta el infravalorado Peace Walker.

Y, como no podía ser de otra manera, es algo que dependerá única y exclusivamente de los números cosechados. Números que ellos mismos saben que van a ser buenos; porque lo que han traído de vuelta ya era muy bueno.

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