La facilidad de Bizum es su mayor virtud y, por desgracia, también el gancho perfecto para los delincuentes que pueden utilizar a tu hijo. Un mensaje de texto, una situación de apuro y el instinto de protección de un padre o una madre son los únicos ingredientes que necesitan para vaciarte la cuenta en un abrir y cerrar de ojos. No es un virus ni un hackeo complejo, es algo mucho más simple y efectivo, y es que los ciberdelincuentes han convertido esta herramienta en el cebo perfecto para un timo de ingeniería social.
Lo que lo hace tan peligroso es la velocidad y la manipulación emocional. No te da tiempo a pensar. Juegan con el factor sorpresa y la confianza ciega que tienes en tus seres queridos, convirtiendo una simple plataforma de pago en un arma rapidísima. ¿Crees que no caerías? Piénsalo dos veces, porque la estafa funciona porque apela directamente al instinto de protección de un padre o una madre, anulando el pensamiento racional en cuestión de segundos.
EL GUIÓN PERFECTO: ASÍ TEJEN LA TELA DE ARAÑA
Todo comienza con un SMS o un mensaje de WhatsApp desde un número desconocido. «Mamá, se me ha roto el móvil, este es mi número temporal. Tengo un problema urgente, ¿me puedes ayudar?». Así, sin más. El mensaje inicial está diseñado para crear un estado de alerta instantáneo. No te da detalles, solo te pone en la peor situación posible: tu hijo te necesita, y el primer mensaje busca generar un estado de alarma inmediato en la víctima.
Justo después, llega la petición. Puede ser que necesite pagar una factura, la reparación del teléfono o cualquier otro pago urgente que no puede esperar. Si intentas llamar a ese número, no responderán. Te dirán que el micrófono no funciona o que no pueden hablar. Es la coartada perfecta, ya que la excusa del teléfono averiado es la coartada perfecta para evitar una llamada de voz que destaparía el fraude.
LA PRESIÓN PSICOLÓGICA: JUGAR CON EL MIEDO EN TIEMPO RÉCORD
La clave de su éxito es la presión. No te dan margen para dudar. La conversación es rápida, llena de mensajes cortos y directos que te empujan a actuar ya. Te meten prisa, te hablan de un plazo que está a punto de expirar o de una situación que empeorará si no actúas. En definitiva, crean un problema ficticio que requiere una solución económica urgente e inaplazable, y tú eres la única persona que puede resolverlo.
Otro detalle que usan a su favor es la cantidad de dinero. Rara vez piden cifras desorbitadas. Suelen ser importes que rondan los 300, 500 o quizás 900 euros. Es una cantidad lo suficientemente importante como para ser un problema, pero no tan alta como para generar una desconfianza extrema. Saben que la cantidad solicitada suele ser baja para que la víctima no dude y autorice el pago sin pensarlo dos veces antes de hacer el Bizum.
NO ES UN PAGO, ES UNA SOLICITUD: EL DETALLE QUE LO CAMBIA TODO
Cuando la víctima, nerviosa y preocupada, accede a ayudar, el estafador da el siguiente paso. Le dice: «Vale, te mando una solicitud por Bizum y solo tienes que aceptarla, es más rápido». Y aquí está el quid de la cuestión. La víctima, en su estado de ansiedad, cree que está iniciando el proceso para enviar dinero a su hijo, o que va a recibir un enlace para confirmar un pago que ella misma va a realizar.
Pero la realidad es la opuesta. Lo que recibe en la aplicación de su banco no es una notificación para pagar, sino una «solicitud de dinero» enviada por el timador. Si la acepta, no está pagando una factura de su hijo, está enviándole el dinero directamente a la cuenta del delincuente. Es una confusión sutil pero devastadora, porque en realidad está aceptando una solicitud de dinero del estafador, enviándole los fondos directamente a él, completando el timo con un solo clic en su Bizum.
«PERO SI EL NÚMERO NO ES EL SUYO…» LAS EXCUSAS QUE TE DARÁN
Es natural que, en algún momento, la víctima se pregunte por qué el Bizum va a un número de teléfono que no es el de su hijo. Los delincuentes lo saben y tienen el argumentario preparado. Su respuesta más habitual es que, como su móvil está roto, están usando el de un amigo o el del técnico de la tienda. Así, la excusa más común es que están usando el teléfono de un amigo o compañero, pidiendo que se haga el envío de dinero a ese contacto.
Si la desconfianza persiste, tienen un plan B. Te dirán que es un número temporal que se ha comprado mientras arregla el suyo y que ya lo ha asociado a su cuenta bancaria. Es todo mentira, pero en un momento de tensión, suena plausible. Utilizan cualquier pretexto para justifican el número desconocido como uno temporal mientras arreglan el suyo, añadiendo más urgencia a la situación y empujando a la víctima a completar el pago por móvil.
LA REGLA DE ORO PARA NO PICAR: LA POLICÍA LO TIENE CLARO
Ante cualquier mensaje de este tipo, por muy real que parezca, solo hay una cosa que se debe hacer: parar y verificar. ¿Cómo? De la forma más sencilla y tradicional posible: llamando. No al número nuevo que te han escrito, sino al número de teléfono de toda la vida de tu hijo o familiar. Es la única manera de confirmar si la historia es real, porque la única forma de verificar la identidad es realizar una llamada de voz al número de teléfono habitual de tu familiar.
Si no contesta, inténtalo de nuevo o contacta con otra persona cercana. Nunca, bajo ningún concepto, hagas una transferencia o aceptes una solicitud sin haber hablado con esa persona y haber escuchado su voz. La prisa es el combustible de los estafadores. Por eso, tomarse cinco segundos para respirar y pensar antes de autorizar cualquier operación es la mejor defensa posible contra este timo exprés que se aprovecha de la buena fe y de la rapidez de Bizum.