Especial 20 Aniversario

La nueva señal de la DGT que ya multa en toda España: qué es la S-991 y cómo funciona

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La seguridad vial entra en una nueva etapa con la llegada de la señal S-991, una advertencia visual que indica la presencia de dispositivos capaces de detectar infracciones automáticamente en los semáforos. Esta medida, impulsada por la Dirección General de Tráfico (DGT), ya está activa en grandes ciudades y busca frenar una conducta peligrosa y frecuente: cruzar con el semáforo en rojo, poniendo en riesgo a peatones y a otros vehículos.

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A diferencia de otras señales convencionales, la S-991 no solo informa: también actúa. Su implementación incluye tecnología de radar y cámaras sincronizadas que registran en segundos si un conductor ha cometido una infracción. Con esta innovación, la DGT apunta a reducir accidentes en cruces urbanos, donde la atención y el respeto por la luz roja pueden significar la diferencia entre la normalidad y una tragedia evitable.

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Multas por saltarse el semáforo con radar: 200 euros y pérdida de 4 puntos

Multas por saltarse el semáforo con radar: 200 euros y pérdida de 4 puntos
Fuente: Agencias

La DGT ha dejado claro que saltarse un semáforo en rojo es una infracción grave, y así queda reflejado en el sistema de sanciones actual. Desde el 1 de julio, quienes ignoren esta señal y no respeten la luz roja en los puntos donde hay radares foto-rojo se enfrentan a una multa de 200 euros y la retirada de 4 puntos del carnet de conducir.

Este castigo no es casual. Según los últimos informes de la DGT, los accidentes en intersecciones reguladas por semáforos han aumentado en los últimos años. Y en muchos casos, los siniestros fueron consecuencia directa de vehículos que aceleran en lugar de frenar al ver la luz ámbar o roja.

Además, la sanción por semáforo con radar no admite recurso si las imágenes son claras. La matrícula visible y las condiciones del cruce quedan registradas, y la multa llega directamente al domicilio del titular del vehículo. La única opción es recurrir si se demuestra que el coche fue conducido por otra persona, o si existió un fallo técnico.

Una novedad relevante es que en algunas ciudades los radares están conectados a una base de datos en tiempo real, lo que acelera los trámites administrativos y permite que las sanciones se notifiquen en cuestión de días. La DGT quiere mostrar con esta medida que no se trata de recaudar, sino de cambiar hábitos al volante.

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