La seguridad vial entra en una nueva etapa con la llegada de la señal S-991, una advertencia visual que indica la presencia de dispositivos capaces de detectar infracciones automáticamente en los semáforos. Esta medida, impulsada por la Dirección General de Tráfico (DGT), ya está activa en grandes ciudades y busca frenar una conducta peligrosa y frecuente: cruzar con el semáforo en rojo, poniendo en riesgo a peatones y a otros vehículos.
A diferencia de otras señales convencionales, la S-991 no solo informa: también actúa. Su implementación incluye tecnología de radar y cámaras sincronizadas que registran en segundos si un conductor ha cometido una infracción. Con esta innovación, la DGT apunta a reducir accidentes en cruces urbanos, donde la atención y el respeto por la luz roja pueden significar la diferencia entre la normalidad y una tragedia evitable.
2Así funciona el radar foto-rojo de la DGT: cámaras, distancias y cómo detectan la infracción

A simple vista, puede parecer un semáforo cualquiera. Pero detrás de la nueva señal S-991, hay un dispositivo conocido como “foto-rojo”, una herramienta tecnológica diseñada para detectar con precisión si un vehículo cruza con el semáforo en rojo.
Este radar está compuesto por dos cámaras y un sensor. Se coloca, habitualmente, a unos 25 metros del paso de peatones o de la línea de detención. La primera cámara se activa cuando el vehículo se acerca a la línea y el semáforo ya está en rojo. Entonces toma una primera imagen. Si el coche sigue avanzando y cruza el cruce, la segunda cámara captura una segunda fotografía justo cuando el coche ya ha atravesado la intersección. Para que se pueda considerar infracción, ambas imágenes deben mostrar claramente la matrícula del vehículo y que el semáforo seguía en rojo en ambas tomas.
En otras palabras: no hay lugar para excusas. Si el coche aparece en ambas fotos y el semáforo no cambió de color, la infracción queda registrada con pruebas visuales. A su vez, y esto es importante, la DGT exige que la señal S-991 esté presente antes del radar, para garantizar que los conductores estén debidamente advertidos de su presencia. Es decir, no se trata de una cámara oculta: es un sistema visible, regulado y con señalización previa.