Con 132 millones de viajeros de enero a junio de 2025, casi un 8 % más que el año pasado, el Cercanías de Madrid es la opción de movilidad y transporte más utilizada de Renfe. Y, si bien es inevitable que, debido a su masividad, no se detecten incidencias o problemas habitualmente en una red así, lo cierto es que en los últimos meses el servicio está mostrando un peor desempeño, o al menos ese es el sentir general de los ciudadanos de la capital.
A los retrasos y averías constantes se suman también las diferentes obras que se están llevando a cabo en Cercanías, afectando a líneas tan concurridas como la C-5, que ha crecido un 33 % en el número de accesos debido las obras de soterramiento de la A-5, o la C-4, que conecta el sur de Madrid con el norte. La primera ha estado cortada todo el mes de julio entre las estaciones de Embajadores y Villaverde Alto, mientras que la segunda, junto a la C-3, interrumpe el servicio entre Atocha y Madrid-Chamartín Clara Campoamor desde el pasado 19 de julio hasta el 31 de agosto.
Con ello, es lógico pensar que los procesos afecten a la calidad del servicio de unas formas u otras, pero lo que está ocurriendo precisamente con la C-4 no tiene directamente que ver con las remodelaciones, sino que lleva meses detectándose un deterioro en el transporte que afecta a los ciudadanos que utilizan la línea para desplazarse a diario.

Los vecinos de Colmenar Viejo se hartan del Cercanías
El mejor ejemplo de ello lo encontramos en las medidas que ha llevado a cabo Asociación Vecinos por Colmenar Viejo, una agrupación con el objetivo de canalizar y recoger aquellas quejas, propuestas, sugerencias o problemas de los vecinos del municipio. Debido a la multitud de reclamaciones recibidas durante este año 2025, han decidido presentar dos escritos: uno dirigido al ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, y otro para el Delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín Aguirre.
En ellos le trasladan a las autoridades su profunda preocupación por la situación crítica que atraviesa el servicio Cercanías Renfe en la línea C-4, particularmente en el tramo que afecta a Colmenar Viejo. «Durante los últimos meses, el funcionamiento de esta línea se ha visto gravemente deteriorado, con más de 150 incidencias registradas en lo que va de año, entre las que destacan retrasos continuos, cancelaciones sin previo aviso, averías recurrentes y una gestión de la información completamente deficiente», dice Daniel Borona Colmenarejo, presidente de la asociación.
Los vecinos de Colmenar Viejo hablan de 150 incidencias registradas en lo que va de año en la C-4 de Cercanías
Bautizan la experiencia de uso del tren como «impredecible e insegura» para los ciudadanos que dependen a diario del Cercanías de Madrid para acudir a sus centros de trabajo, estudio o atención médica. Además de señalar los parones inesperados a la altura de Tres Cantos, apuntan a los problemáticos puntos neurálgicos de Sol, Nuevos Ministerios, Chamartín o Atocha, donde a menudo en sus túneles se interrumpen los trayectos, aunque en estos momentos el tramo entre estas estaciones está precisamente cortado por la remodelación del túnel de Sol.

Explican que no se proporciona una explicación clara o una alternativa eficaz para los pasajeros afectados, junto a una información que no es fiable, con paneles que anuncian trenes inexistentes, cambios de andén no anunciados y mensajes de megafonía contradictorios, lo que «genera confusión, aglomeraciones y riesgos para la integridad de los usuarios».
Los vecinos de Colmenar Viejo advierten de que ya han sufrido consecuencias graves, perdiendo desde cursos y exámenes oficiales a entrevistas de trabajo y hasta empleos por los retrasos constantes. «Esta situación atentan directamente contra el derecho a una movilidad pública segura, digna y eficaz, un servicio que las administraciones públicas deben garantizar», comentan en el documento.
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ya se ha puesto en contacto con la Asociación Vecinos por Colmenar Viejo a través de una carta dirigida a la misma en la que se reconoce el estado de deterioro de la infraestructura de la línea C-4 de Cercanías, pero lamentan que no se produzcan medidas concretas y urgentes para revertir la problemática.

Los afectados exigen la aplicación de inversiones y mantenimiento para la línea C-4, con especial atención al tramo que afecta a Colmenar Viejo, así como una mejora en los protocolos de información al usuario, tanto en estaciones como a bordo de los trenes. También piden la creación de una mesa de seguimiento y diálogo entre el Ministerio, Renfe Cercanías, Ayuntamientos y representantes vecinales, de cara a supervisar los avances y garantizar transparencia. A la Delegación de Gobierno en Madrid le piden una reunión para abordar tanto esta situación como otras de movilidad, como el proyecto de cierre norte de la carretera M-50.
«Como ciudadanos y usuarios, cumplimos puntualmente con nuestras obligaciones fiscales y abonamos el coste de este servicio público del transporte. Es, por tanto, deber de las administraciones garantizar que ese servicio cumpla con los estándares mínimos de calidad y fiabilidad que exige la sociedad», sentencian.