Ni sueldos, ni el acceso a la vivienda, ni la acumulación de patrimonio han seguido la línea de progreso que se daba por sentada hace décadas. Y es que los jóvenes españoles ganan un 20% menos que sus padres a los 30, según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Así, sitúan su salario medio anual en 21.039 euros en el año 2023. Si se ajustan los ingresos de la generación de sus padres, los que fuesen nacidos en la década de los 60′ y de los 70′, se estima que a los 30 años ganaban en torno a 26.300 euros aproximadamente, de acuerdo con la Encuesta Salarial de Eurostat.
LA FRAGILIDAD ECONÓMICA DE LOS JÓVENES EN ESPAÑA NO DEJA DE CRECER
O lo que es lo mismo; generaciones como los Millennials y los Gen Z enfrentan un presente marcado por la fragilidad económica, el estancamiento de los salarios y el empobrecimiento patrimonial, mientras que los Baby Boomers vivían un mejor momento económico en su treintena.
Como tal, un joven hoy percibe, de media, un 20% menos que lo que cobraban sus padres a los 30 años, aun considerando la inflación. Esta brecha se amplía si se habla de los altamente cualificados: el 36% de los jóvenes trabaja en empleos para los que no es necesario su título académico.

La desigualdad salarial también se evidencia por tramos de edad. Mientras que los menores de 24 años perciben una renta media anual de 15.364 euros, los jóvenes de entre 25 y 30 alcanzan los ya mencionados 21.039 euros.
LA RIQUEZA NETA DE LOS JÓVENES HA CAÍDO UN 73% EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS
Es a partir de los 40 años cuando se supera por primera vez el salario medio nacional: el grupo de entre 40 y 44 años registró una media de 28.639 euros, seguido del tramo de 35 a 39 años con 26.931 euros, y del de 30 a 34 años, que se quedó en 25.222 euros de media.
En las últimas dos décadas, el patrimonio de los menores de 35 años se ha reducido drásticamente, la riqueza neta ha ido cayendo hasta un 73%, mientras que la de los hogares encabezados por personas mayores de 74 años se ha duplicado. Esta evolución ha ampliado la brecha generacional en cerca de 200.000 euros, según un estudio del Banco de España.
Estos datos también se traducen en los ahorros. A los 30 años, una persona nacida entre 1966 y 1975 poseía una riqueza neta promedio de unos 75.000 euros. Por su contra, a la misma edad, la generación nacida entre 1986 y 1995 tiene ahorrados menos de 9.000 euros de media según el Informe Económico y Financiero de Esade.
EL PODER ADQUISITIVO DE LOS JÓVENES TAMBIÉN HAN CAÍDO GRAVEMENTE, SON EL GRUPO QUE MÁS HAN PERDIDO
Asimismo, el salario mínimo interprofesional, establecido en 1.184 euros mensuales en 14 pagas este 2025, aunque ha experimentado una subida de más del 50% en siete años, tampoco ha solucionado el problema de fondo: el 35% de quienes logran emanciparse lo hacen con ingresos inferiores a este umbral.
Ante estas diferencias salariales, los jóvenes deben sumarle la pérdida acumulada de poder adquisitivo de los últimos años. De acuerdo con el informe Juventud y Empresa que ha elaborado la Fundación PwC y el Círculo de Empresarios, el poder de compra de la franja comprendida entre los 16 a 29 años ha sido la más perjudicada tras la crisis del 2008 con una caída de su renta de un -19,7% entre 2008 y 2014, la mayor de todos los grupos de edad.

Si se amplía hasta 2022, el poder adquisitivo de este colectivo se ha visto reducido en un 10%. Pese a que se ha recortado desde el -19,7%, sigue siendo una caída «muy superior frente al total de la pobalción (-3%). Lo que contrasta con la evolución de la población mayor de 65 años, que ha visto incrementada su renta en un 8%, siendo este el único colectivo que ha visto su renta crecer gracias a la evolución del sistema de pensiones y los cambios introducidos al eliminar el factor de sostenibilidad», según explica el informe Juventud y Empresa.
Analizando los sueldos anuales que las personas de entre 18 y 25 años ganaban entonces y ganan ahora, y descontando los efectos de la inflación, se aprecia que los jóvenes son el grupo demográfico que más poder adquisitivo ha perdido a consecuencia de las dos crisis económicas (-20%). No obstante, este no es el único factor que es determinante en su actual nivel de vida: también el desempleo es ahora mucho más alto que entonces, y por supuesto influyen los precios de la vivienda.
La combinación de bajos salarios y poca ocupación, combinados con un mayor desembolso en vivienda en el caso de aquellos que se lo pueden permitir, contribuye a empobrecer y condicionar los planes vitales de los jóvenes. Según un estudio del Banco de España publicado en 2020, los hogares menores de 35 años que dedican más de un 30% al alquiler se han casi duplicado en 15 años, pasando de menos de un 8% en 2002 a un 14% en 2017.
- Más información: Los bajos salarios a partir de los 30 hacen que los jóvenes se olviden de conseguir una vivienda digna.