No es poco lo que Marvel Studios se juega con ‘Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos’. La cinta debía reenergizar el estudio, ser la cinta que abriera el apetito de los espectadores para la cuarta entrega de ‘Los Vengadores’, y al mismo tiempo permitía al estudio recuperar como parte de su universo a los primeros superhéroes de la empresa de cómics creados por Stan Lee. Atados al optimismo de la era espacial, lo que se suponía que para Lee era un trabajo de encargo, se convirtió en la piedra angular de la editorial, y cuatro de los personajes más icónicos del medio del cómic.
Lo cierto es que el estudio no se acercó con medias tintas. Los 4 papeles centrales son grandes estrellas del momento, con Pedro Pascal metiéndose en la piel elástica de Reed Richards, Vanessa Kirby dándole vida a Sue Storm, Ebon Moss-Bachrach recién salido de ‘The Bear’, como Ben Grimm (La Cosa) y Joseph Quinn, uno de los villanos de ‘Gladiador 2’ dando vida a Johnny Storm, la Antorcha Humana. Es una apuesta clara por hacer de estos personajes iconos, una vez más, de la mano de actores que se sienten como el centro del universo de Hollywood en este momento.
Ayuda que su director entiende la asignación. Para el guión y la dirección Marvel busco a viejos conocidos, el principal responsable del texto es Josh Friedman, colaborador de Steven Spielberg en ‘La Guerra de los Mundos’ del 2005 y de James Cameron en la segunda entrega de ‘Avatar’. La dirección, en cambio, debía ser originalmente responsabilidad Jon Watts, director de las tres ‘Spider-Man’ de Tom Holland, pero tras varios cambios en fecha de producción, acabó en manos de Matt Shakman, un veterano de la televisión que ya dirigió ‘Wandavision’ para el estudio, y que se luce precisamente dando la sensación de que la cinta es de otra época.
El universo en el que vive esta versión de ‘Los 4 Fantásticos’, parte del multiverso del estudio, se parece más al futuro imaginado desde los años 60 que a nuestra realidad. Pantallas de televisión antiguas en lugar de leds en Time Square, grabaciones de sonidos intergalácticos en discos de vinilo y robots que funcionan con cintas de casete. Shakman diseña un presente paralelo donde no saltamos nunca al smartphone, y donde la exploración espacial sigue siendo un objetivo real de la sociedad.
Además, como no podía ser de otro modo, termina siendo una cinta sobre lo que significa ser familia. Es un punto clave en estos personajes, y la cinta lo entiende, tanto desde el punto de vista biológico, como la familia que elegimos entre nuestros amigos, como por el efecto que tiene la sociedad como una gran familia sobre nosotros mismos.
UN ELENCO QUE ELEVA EL MATERIAL
Aunque el guion de la cinta funciona, son las actuaciones, y el apartado visual, las que elevan la cinta. El Reed Richards de Pascal es demasiado egocéntrico para no pensar que todo lo malo que pasa es su responsabilidad por no ser capaz de prepararse, la Sue de Kirby es una madre abnegada, pero además es evidentemente el centro emocional del equipo y transmite suficiente confianza tanto para enfrentar de tú a tú a Reed como para entender cómo funciona su torturado cerebro.
Quinn por su lado, deja una versión más responsable de la Antorcha Humana, enfocada más en entender a los villanos de la cinta, y aunque Moss-Bachrach tiene poco que hacer como ‘La Cosa’ deja entrever la tristeza del personaje tanto como su poder.

Los villanos no se quedan atrás. La ‘Silver Surfer’ de Julia Garner es tan poderosa como melancólica, bendecida, con poder casi infinito y con el peso de ser la emisaria del monstruo que se los dio. Por su lado, el Galactus de Ralph Ineson tiene poco tiempo en pantalla, pero transmite el terror de una entidad casi lovecraftiana, que no es capaz de explicar su propia necesidad de consumir otros mundos.
EL OPTIMISMO QUE UNO A ‘LOS 4 FANTÁSTICOS’ Y ‘SUPERMAN’
No parece casual que esta cinta llegue apenas unas semanas después que la ‘Superman’ de James Gunn. Como el Kriptoniano ‘Los 4 Fantásticos’ fueron creados por la necesidad del optimismo en un momento que tenía motivos para pensar en la oscuridad, después de todo al ser hijos de la carrera espacial, la primera familia de Marvel es también hija de la Guerra Fría como Clark Kent lo es de la gran depresión.
Por eso la carga de optimismo de la cinta es tan valiosa. Es la idea de que una familia puede soportar cualquier carga si el amor en el centro es real, que socialmente somos capaces de unirnos como sociedad para protegernos unos a otros y que cuando las cosas se pongan difíciles, incluso nuestros enemigos se sumarán para apoyarnos. Si para eso no sirven las películas de superhéroes es difícil pensar para qué funcionan.