El reencuentro de los Reyes con sus dos hijas en un acto oficial había sido uno de los momentos más esperados de los últimos meses. Después de más de nueve meses sin aparecer juntos en público, los Reyes Felipe VI y Letizia se pudieron mostrar como familia unida junto a la Princesa de Asturias, Leonor, y la infanta Sofía, la semana pasada.
El escenario elegido fue la entrega de reales despachos de empleo en la Escuela Naval Militar, donde se produjo la imagen más simbólica del día: el Rey imponiendo la Gran Cruz del Mérito Naval a su hija mayor, Leonor. Pero más allá de lo protocolario, los gestos y expresiones de los cuatro miembros de la familia han sido objeto de análisis. El experto en comunicación no verbal, José Luis Martín Ovejero, ha ofrecido sus impresiones en ¡Hola! sobre lo que habrían expresado en realidad con su lenguaje corporal.
1El lenguaje del Rey y su conexión emocional con Leonor

Uno de los momentos más comentados del reencuentro de los monarcas y sus hijas fue el instante en que el Rey Felipe colocó la condecoración a su hija. A simple vista se percibía emoción, pero el experto en comunicación no verbal ha señalado detalles concretos que confirmarían esta percepción. Según explica José Luis Martín Ovejero a ¡Hola!, «lo más destacado es la gran alegría de Felipe VI». No se trataría de una actitud protocolaria, sino de una emoción genuina que se reflejaría en pequeños matices. «La mejor prueba de la felicidad: las arrugas laterales en los ojos, además de la sonrisa en los labios, por supuesto», ha afirmado.
La buena relación entre padre e hija se habría dejado ver especialmente en ese momento, sobre todo por el contacto físico sostenido y el abrazo prolongado tras la entrega de la medalla. Para Martín Ovejero, esto es reflejo de que el Rey estaba viviendo el acto con entusiasmo genuino. No fue un gesto mecánico, sino un abrazo emocional que habla por sí mismo.