Aunque parezca increíble, hay sustancias legales que pueden terminar siendo más peligrosas que el alcohol al volante. No hablamos de drogas recreativas ni de distracciones al conducir, sino de algo que muchas personas toman a diario: sus medicamentos recetados. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto bajo la lupa a un grupo específico de fármacos que, si se consumen sin la debida precaución, podrían provocar sanciones, retirada del permiso o incluso problemas legales y de seguro en caso de accidente.
Cada vez son más los conductores que desconocen los efectos secundarios de los tratamientos que consumen. Y sin saberlo, se enfrentan a consecuencias que van mucho más allá de la multa. Este artículo exploraremos en profundidad qué medicamentos vigila la DGT, por qué lo hace y cómo evitar que una simple pastilla termine costando algo tan importante como la libertad de conducir.
5Conclusión: una pastilla que puede cambiar tu destino al volante

La relación entre medicamentos y conducción es compleja, pero no por eso debe pasarse por alto. La DGT insiste en que el primer paso es la información. Saber qué se toma, cómo afecta al organismo y qué consecuencias puede tener si se conduce bajo sus efectos es clave para una movilidad responsable.
España ha avanzado mucho en materia de seguridad vial, pero todavía queda camino por recorrer en lo que respecta a la relación entre salud y conducción. La responsabilidad está compartida: médicos, farmacéuticos, autoridades y sobre todo, conductores.