El caso de Nico Williams ha dado un giro inesperado y ha sacudido los cimientos del fútbol vasco. En un escenario donde mandan los contratos millonarios, las promesas a futuro y las llamadas de clubes poderosos, el atacante del Athletic Club de Bilbao tomó una decisión que pocos esperaban. Renovó su contrato con la entidad rojiblanca hasta 2035 y dejó en claro, al menos sobre el papel, su compromiso con el equipo de San Mamés.
Esta firma no solo lo reafirma como figura central del club, también eleva su cláusula de rescisión de 58 a casi 95 millones de euros. Un blindaje total. Sin embargo, lo que parece un gesto de amor a los colores del Athletic también puede leerse como una jugada táctica con otra intención.

Desde Inglaterra ya comienzan a sonar tambores de salida. Informaciones desde la Premier League aseguran que el entorno del internacional español ha comenzado a moverse con cautela. Aunque su contrato se extiende una década, la idea sería dejar Bilbao en un máximo de dos temporadas, aprovechando el crecimiento de su valor en el mercado.
La permanencia que no garantiza estabilidad; Nico Williams
Cuando Nico Williams decidió seguir en el Athletic, muchos lo interpretaron como una muestra de fidelidad poco común en el fútbol actual. Con propuestas tentadoras del FC Barcelona y hasta coqueteos con clubes alemanes, el extremo navarro eligió quedarse a las órdenes de Ernesto Valverde, en un proyecto que apunta alto y que sueña con regresar a la Champions League.
La directiva celebró el gesto, la afición se ilusionó y el vestuario lo recibió como un símbolo de compromiso. Pero más allá del ruido mediático, las señales apuntan a que su historia en Bilbao podría tener fecha de caducidad más pronto que tarde.
En las oficinas de clubes como el Manchester City, el Liverpool, el Chelsea y el Arsenal no han pasado por alto su talento. De hecho, algunos medios británicos ya hablan de contactos preliminares que se habrían producido justo después de la renovación. Todo sugiere que la firma del contrato fue más una estrategia para reforzar su posición que una promesa de quedarse hasta el final.
Consecuencias digitales y un nuevo desafío personal
Negarse a fichar por el FC Barcelona no solo tuvo implicaciones deportivas. En el terreno digital, Nico Williams pagó un precio elevado. El 4 de julio, día en que se oficializó su renovación con el Athletic, su cuenta de Instagram sufrió una caída estrepitosa. En pocas horas, perdió más de 200 mil seguidores. De los 6.4 millones que tenía, ahora ronda poco más de seis millones, y la cifra sigue bajando.
Este fenómeno es una muestra del impacto que genera el Barça en el imaginario global. Un simple vínculo con el club catalán multiplica la exposición internacional, los patrocinios y la construcción de una marca personal. Pero Nico Williams, lejos de priorizar eso, eligió mantenerse fiel a su esencia.
Pese a ese golpe en su presencia digital, el jugador ha dicho estar contento con su decisión. Siente que está donde quiere estar, y se muestra entusiasmado con la posibilidad de jugar la Champions junto a su hermano y defender los colores del equipo que lo vio crecer.
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