El FC Barcelona ha blindado a uno de sus mayores talentos. Lamine Yamal, en una semana cargada de emociones por su cumpleaños número 18 y rodeada de cierta polémica, firmó su renovación hasta 2031 y recibió el dorsal más icónico en la historia del club. El acto, realizado de forma privada en las instalaciones del Barça, contó con la presencia de Joan Laporta y sirvió para confirmar que el joven internacional ya no es solo una promesa, sino una piedra angular en el nuevo proyecto azulgrana.
Con apenas 18 años, Lamine Yamal ha asumido una responsabilidad enorme. Se convierte en el nuevo portador del mítico número diez, una camiseta que lucieron leyendas como Maradona, Ronaldinho y Messi. Lo hace sin la intención de imitar a nadie, sino con la determinación de escribir su propia historia.

Este movimiento llega en un momento clave para el club, que atraviesa un proceso de reconstrucción tras la salida de Messi y la imposibilidad de concretar fichajes como el de Nico Williams. Con esta renovación, el Barça apuesta por la cantera y deja claro que su futuro pasa por los pies de Lamine Yamal.
El acto de renovación de Lamine Yamal que lo convierte en emblema
Acompañado por su familia, Lamine Yamal llegó a la sede del club para firmar un contrato que lo une al Barça por seis temporadas más. Fue una ceremonia sencilla, sin grandes flashes, pero cargada de significado. El acuerdo ya estaba cerrado desde hace meses, aunque por reglamento no podía firmarse hasta que el jugador cumpliera la mayoría de edad. Ahora, con los papeles en orden, el club lo presenta oficialmente como su nueva imagen.
Para Joan Laporta, este no es un paso menor. Ve en Lamine Yamal la oportunidad de devolverle al Barcelona parte del brillo perdido desde la salida de Messi. El rendimiento del extremo en la última temporada, usando el dorsal 19, fue sobresaliente.
Se convirtió en el jugador más desequilibrante del equipo y también una pieza clave para la selección española. El dorsal 10 no es solo un cambio de número, es una señal de que el club ve en él a su nuevo líder dentro y fuera del campo.
La fiesta, la crítica y su postura firme
Su cumpleaños número 18 no pasó desapercibido. Lamine Yamal organizó una fiesta privada que, más allá de lo personal, generó polémica en redes y medios. Las críticas se centraron en la supuesta participación de personas con enanismo durante la celebración, lo que provocó que se iniciara una investigación por parte de las autoridades. En medio de este revuelo, el jugador eligió mantenerse al margen.
Lejos de agrandar la controversia, Lamine Yamal optó por una respuesta serena. Dejó claro que su vida privada debe respetarse y que, fuera del entorno deportivo, tiene derecho a disfrutar.
Para él, lo esencial sigue estando en el terreno de juego, donde se siente más cómodo hablando con sus pies. Esta actitud evidencia una madurez creciente, propia de alguien que empieza a entender lo que significa estar bajo el foco público sin perder el equilibrio.