El permiso parental retribuido de ocho semanas para el cuidado de hijos menores de ocho años está cerca de hacerse realidad en España. Aunque la ley que lo contempla se aprobó en 2023, su retribución ha sido postergada reiteradamente. Ahora, el Gobierno ha puesto fecha; la intención es que esté disponible en septiembre de 2025, coincidiendo con la vuelta al colegio.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha solicitado que la retribución de al menos cuatro de las ocho semanas del permiso parental se incluya en la próxima Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE). Esta medida, pendiente desde la pasada legislatura, es además una obligación legal impuesta por la Unión Europea.
La Directiva Europea exige que al menos la mitad del permiso parental esté retribuida. El incumplimiento ha provocado ya sanciones de 9.000 euros diarios para España, cifra que podría aumentar a 43.000 euros diarios si la situación no se corrige de inmediato.
Según el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, el objetivo del Ejecutivo es que el permiso parental retribuido pueda comenzar a disfrutarse en septiembre de 2025. Esto permitiría a alrededor de siete millones de progenitores acceder a este derecho, facilitando la conciliación familiar coincidiendo con el inicio del curso escolar.
La medida también incluye la posible ampliación del permiso por nacimiento o adopción de 16 a 20 semanas, aunque este aspecto aún está en discusión.
El retraso en la aplicación del permiso retribuido ha generado presión por parte de sindicatos, partidos como Sumar y los tribunales. En las últimas semanas, las sentencias que han fallado a favor de trabajadores se han multiplicado, reconociendo el derecho a percibir remuneración durante estas semanas de permiso.
Entonces, para ir aclarando los puntos, el permiso parental retribuido no solo busca compensar un derecho incumplido, sino también favorecer la corresponsabilidad en los cuidados de los hijos, una responsabilidad que anteriormente solo era atribuida a las mujeres. Actualmente, al no contar con remuneración, solo pueden hacer uso de él las familias con capacidad económica suficiente, lo que lo convierte en una medida limitada y desigual.
La implementación de su retribución marcaría un paso decisivo en materia de igualdad y conciliación laboral. Como ha señalado Yolanda Díaz, “las familias no pueden seguir esperando”.
En resumen, si se cumplen los plazos anunciados por el Gobierno, los progenitores podrían empezar a solicitar el permiso parental retribuido a partir de septiembre de 2025, al menos por un total de cuatro semanas. La medida supondría un avance significativo en conciliación y permitiría a España alinearse finalmente con la normativa europea, evitando así más sanciones económicas.
El Gobierno se mueve: septiembre como fecha clave

El permiso parental retribuido de ocho semanas para el cuidado de menores de ocho años podría estar disponible a partir de septiembre de 2025. Así lo ha anunciado el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, quien asegura que el objetivo del Ejecutivo es que esta medida esté lista para coincidir con la vuelta al cole. Esta fecha no es aleatoria, busca facilitar la conciliación laboral y familiar al inicio del nuevo curso escolar, beneficiando potencialmente a unos siete millones de progenitores en toda España.
Por su parte, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha solicitado formalmente incluir la aprobación de esta retribución en el orden del día de la próxima Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE). Su propuesta es que, como mínimo, se retribuyan cuatro de las ocho semanas del permiso, dando así cumplimiento parcial a la directiva europea 2019/1158. Esta medida lleva pendiente desde 2023, pese a estar reconocida legalmente en la Ley de Familias.
Multas millonarias por el retraso

El incumplimiento por parte de España de la directiva europea que obliga a retribuir al menos cuatro semanas del permiso parental ha tenido consecuencias económicas. Actualmente, la multa impuesta por Bruselas asciende a 9.000 euros diarios, pero esta cifra se incrementará pronto hasta alcanzar los 43.000 euros diarios si no se aprueba la retribución de forma inminente. Según estimaciones del Ministerio de Trabajo, el coste total por el retraso podría superar los 10 millones de euros.
Además del impacto económico, este incumplimiento perjudica la imagen de España como país miembro de la Unión Europea, que como sabemos se encuentra comprometida con los derechos sociales. Se trata de una medida que debía haberse implementado antes del 2 de agosto de 2024, y el retraso ha dado lugar a una creciente presión política, sindical y judicial.
Una demanda social y judicial en aumento

Las reivindicaciones para que el permiso parental retribuido sea una realidad se han intensificado en los últimos meses, tanto desde el ámbito social como desde el judicial. Numerosas familias, especialmente monoparentales, han denunciado la imposibilidad de disfrutar del permiso si no cuenta con compensación económica (una realidad que afecta a más de una familia monoparental desde hace veces). Para muchas, dejar de ingresar un sueldo durante ocho semanas simplemente no es viable, lo que convierte este derecho en papel mojado.
El poder judicial también ha empezado a pronunciarse. En junio de 2025 se dictó la primera sentencia firme en España que reconoce el derecho a percibir la retribución correspondiente al permiso parental de ocho semanas, amparándose en la normativa europea.
El permiso que puede transformar la conciliación

La retribución del permiso parental puede marcar un antes y un después en las políticas de conciliación en España y en varios países de Europa que todavía no terminan de alcanzar los objetivos. Se trata de una medida que, si se aplica con sensatez, puede cambiar la forma en la que entendemos el reparto de responsabilidades familiares. Al ofrecer un periodo remunerado para cuidar de los hijos, sin que eso suponga una pérdida económica, se da un paso importante hacia la corresponsabilidad real entre madres y padres.
No es solo una cuestión de tiempo, sino de igualdad de oportunidades también en el ámbito laboral. Ahora mismo, el permiso parental de ocho semanas está disponible, pero sin retribución. Y esto, en la práctica, lo convierte en una opción al alcance de muy pocos: solo pueden permitírselo quienes pueden sobrevivir sin ingresos durante ese periodo.
Retribuirlo es el único camino para que esta medida deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho universal. Porque si queremos que de verdad funcione como herramienta para fomentar la conciliación y reducir las desigualdades de género, tiene que ser accesible para todos, independientemente de su situación económica.