Especial 20 Aniversario

El ‘Caminito del Rey’ del norte: una pasarela sobre un desfiladero que te dejará sin aliento en Huesca

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España, esa tierra que no deja de sorprender, esconde rincones que quitan el aliento y que demuestran que la aventura espera a la vuelta de cualquier recodo de montaña. Si bien el Caminito del Rey, tras su rehabilitación, se ha convertido en un icono mundial de las rutas vertiginosas, existe en el norte peninsular una joya menos conocida, pero igualmente espectacular, que ofrece una experiencia similar de adrenalina y paisajes sobrecogedores. Nos dirigimos a Huesca, a un paraje donde la roca y el agua han esculpido un desfiladero sobre el que pende una estructura humana que desafía a la gravedad.

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Se trata de las Pasarelas de Montfalcó, una proeza de ingeniería y senderismo que serpentea adherida a la pared vertical del Congost de Mont-rebei, ofreciendo vistas de infarto sobre el río Noguera Ribagorzana. La sensación de caminar suspendido en el vacío, con el sonido del agua rompiendo contra las rocas muy por debajo de los pies, es algo que marca para siempre al que se atreve a recorrer esta ruta. Es una de esas experiencias que te reconectan con la inmensidad de la naturaleza, y que te hacen sentir diminuto ante la fuerza y la belleza del paisaje pirenaico.

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PLANIFICANDO LA ASCENSIÓN: CLAVES PARA DOMAR ESTE DESAFÍO DEL NORTE

Afrontar la ruta de las Pasarelas de Montfalcó, al igual que ocurría con el Caminito del Rey en su versión original o incluso en la actual, requiere una preparación adecuada. No es un paseo; implica superar desniveles considerables y tramos con exposición a la altura, especialmente en las escaleras. Es fundamental estar en buena forma física y no tener miedo a las alturas. La ruta no es excesivamente técnica, pero sí exigente a nivel cardiovascular y requiere precaución constante, prestando atención a cada paso, especialmente en los tramos de escaleras empinadas y a veces resbaladizas.

El equipamiento es básico pero crucial: calzado de montaña adecuado con buena sujeción, ropa cómoda y transpirable según la época del año, suficiente agua (no hay puntos de recarga en el recorrido principal) y algo de comida. Es recomendable llevar guantes si eres propenso a hacerte rozaduras en las manos al usar las barandillas, y no está de más un pequeño botiquín. Consultar la previsión meteorológica antes de ir es indispensable, ya que la lluvia o el viento fuerte pueden hacer que la ruta, si bien no se asemeja al peligro extremo que tuvo el Caminito del Rey en su época más salvaje, se convierta en una experiencia desagradable o incluso arriesgada. Prepararse bien garantiza disfrutar al máximo de esta joya oculta del Pirineo aragonés.

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