Especial 20 Aniversario

En España los ‘perrhijos’ han reestructurado el núcleo familiar, aunque su cuidado cueste más de 2.700 euros

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En España ya hay más perros que niños menores de 15 años, según afirma la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC). Este dato refleja una transformación cultural evidente: hemos pasado del modelo clásico de familia a uno multiespecie con los «perrhijos». En este nuevo esquema, muchos jóvenes adultos, especialmente millennials, han decidido no tener hijos (por ahora o definitivamente) y canalizan sus cuidados, afecto y recursos en sus mascotas. 

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Los perros —o «perrhijos», como se les llama en redes— son ahora miembros plenos del hogar. Pero, ¿qué hay detrás de esta decisión? ¿Qué implica emocional y económicamente criar a un perro como si fuera un niño? ¿Qué trasfondo psicológico puede existir detrás de esta decisión?

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Alimentación responsable para nuestras mascotas

Alimentación responsable para nuestras mascotas
Alimentación responsable para nuestras mascotas | Fuente: Pexels

Uno de los puntos más sensibles para los nuevos «padres» de perros o gatos es la alimentación. La industria del pienso, que durante décadas marcó el estándar, ha empezado a perder terreno frente a marcas que promueven la comida real. Adrià Galdeano, CEO de Family Love, comenta sobre su empresa: «Actualmente, nos preocupamos cada vez más de conocer los ingredientes, las características nutricionales, la procedencia y la calidad de lo que comemos, en general. Y también de la alimentación de nuestros animales, con quienes convivimos, que forman parte de nuestras vidas, y queremos que lo hagan con la mayor calidad de vida posible».

Galdeano también apunta a una transformación social más amplia: «Esta preocupación hacia la comida de nuestros perros y gatos responde a dos tendencias. La primera es la búsqueda de la naturalidad y el interés por conocer mejor cómo nos alimentamos; y la segunda, un aumento del vínculo emocional entre las personas y los animales con los que deciden compartir la vida». No se trata de mimarlos sin control. Especialistas recomiendan racionalizar los gastos, invertir en productos duraderos y, si es posible, crear juegos caseros con materiales reciclados. 

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Según un estudio presentado por Edgard & Cooper, el 61 % de los españoles estaría dispuesto a cambiar la marca de alimentos de su mascota si conociera mejor su composición. Además, el 96 % de los dueños de mascotas reconocen que la calidad de los ingredientes influye en el bienestar de sus animales.

Sara Fernández, Iberia Marketing Manager de la marca, afirma: «El dicho ‘somos lo que comemos’ también se aplica a las mascotas. Por eso, cada vez más cuidadores buscan alimentos con carne fresca, sin subproductos ni aditivos artificiales».

Este deseo de alimentación consciente para nuestras mascotas también se refleja en el auge de dietas como la BARF (Biologically Appropriate Raw Food), donde se priorizan alimentos crudos y ecológicos. Marcas como Natuka y EcoBarf ofrecen a sus clientes menús artesanales con certificación ecológica, con comidas elaboradas con ingredientes como carne de pastoreo, vegetales orgánicos y suplementos naturales.

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