En España ya hay más perros que niños menores de 15 años, según afirma la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC). Este dato refleja una transformación cultural evidente: hemos pasado del modelo clásico de familia a uno multiespecie con los «perrhijos». En este nuevo esquema, muchos jóvenes adultos, especialmente millennials, han decidido no tener hijos (por ahora o definitivamente) y canalizan sus cuidados, afecto y recursos en sus mascotas.
Los perros —o «perrhijos», como se les llama en redes— son ahora miembros plenos del hogar. Pero, ¿qué hay detrás de esta decisión? ¿Qué implica emocional y económicamente criar a un perro como si fuera un niño? ¿Qué trasfondo psicológico puede existir detrás de esta decisión?
3Servicios diseñados para dueños comprometidos

La ‘startup’ gallega Barkibu ha lanzado una tarjeta única en Europa que permite pagar directamente en clínicas veterinarias. Su objetivo es facilitar el acceso al seguro veterinario en una región donde solo el 3 % de las mascotas están aseguradas. Pero también hay opciones más lúdicas. Patasbox, fundada en 2014 por Cristina Ferreiro y Aida Martínez, permite a los dueños recibir mensualmente una caja personalizada con comida, juguetes y productos para su perro. «Desde que creamos Patasbox hace nueve años, hemos visto una evolución real a nivel de productos, tratamientos y consideraciones en el sector», explican sus creadoras.
Lo que antes era impensable, hoy es normal. «Tratar a nuestros perros/gatos prácticamente como si fueran nuestros hijos implica un gasto de dinero en cuidados que generaciones anteriores a la nuestra no consideraban y que, por descontado, tampoco se podían plantear», añaden.
El perfil del dueño y cómo influye en el gasto emocional y económico
El fenómeno perrhijo está profundamente vinculado al estilo de vida del cuidador. El gasto no solo dependería del tamaño del perro, sino también del perfil del dueño. Este gasto va más allá de lo básico, también incluye productos sostenibles, servicios premium y experiencias como alojamientos para mascotas o terapias emocionales. Según el estudio de AEDPAC y Hamilton Global el gasto mensual se divide:
Edad del dueño | Gasto mensual medio | Estilo de crianza |
18–24 años | 205 € | Intensivo, emocional, estético |
25–34 años | 181 € | Pragmático, conectado, urbanita |
+55 años | 109 € | Tradicional, moderado |
Según el estudio, los jóvenes dueños de perros son los que más invertirían, sobre todo, en experiencias como: hoteles caninos, guarderías, sesiones de adiestramiento positivo, y productos eco-friendly. Esta inversión responde a una necesidad de cuidado según la percepción de cada dueño, y además al deseo de que el perro participe plenamente en su estilo de vida.
La personalización ha llegado a niveles extremos. Dueños informados buscan lo mejor para sus animales. Hay camas ortopédicas, protectores solares, suplementos vitamínicos, e incluso opciones de alojamiento «pet friendly» en hoteles y cruceros. Todo con el objetivo de mejorar la calidad y duración de vida del perro. «Si a mí me dices que esto implica que mi perro vaya a encontrarse mejor y vivir más tiempo conmigo, considero que es un dinero muy bien gastado», explica una de las fundadoras.