Especial 20 Aniversario

La dualidad de OnlyFans: ¿Libertad sexual o explotación feminizada digitalizada?

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Desde hace algunos años, OnlyFans se ha instalado en el imaginario colectivo como una plataforma digital donde miles de mujeres —y en menor medida, hombres— venden contenido, principalmente sugerente, directo a suscriptores. Inicialmente, la idea sugiere ser empoderadora: mujeres que pueden controlar su contenido, sus horarios, sus ganancias. Sin embargo, cada día hay más voces alertando de que lo que se ofrece como libertad, en realidad, podría tratarse de una nueva versión del sistema de dominación sexual de siempre, conocido anteriormente como explotación, pero adaptado a la era digital.

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Personalidades del espectáculo, como la cantante Nathy Peluso, dieron su voto de confianza a la plataforma, pero posteriormente la artista, en específico, decidió cerrar su cuenta después de un breve paso por la plataforma, confesando el «terror» que le ocasionó la experiencia. Por otro lado, están los más optimistas, como Lily Allen que asegura ganar mini fortunas vendiendo fotos de sus pies. Incluso, el presentador de RTVE, David Broncano, admitió en uno de los programas de ‘La Revuelta’, en tono de broma, que le han propuesto abrir una cuenta. El fenómeno de OnlyFans ha permeado tanto en la cultura pop como en los entornos académicos, sociales y feministas, creando un debate cada día más normalizado.

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¿Qué papel juega la tecnología en la perpetuación del modelo?

¿Qué papel juega la tecnología en la perpetuación del modelo?
¿Qué Papel Juega La Tecnología En La Perpetuación Del Modelo? | Fuente: Pexels

Un aspecto que ha sido preocupante para los expertos y activistas es cómo las redes sociales habrían aligerado el camino para estas formas modernas de explotación. Carmen Ruiz Repullo, socióloga de la Universidad de Granada, advierte de que «la industria proxeneta ha aprovechado la digitalización y la normalización de lo erótico en redes para captar y generar contenido desde edades cada vez más tempranas».

La comodidad que brinda el entorno digital al consumidor reduce el estigma: no hay calle, ni escaparates. «No necesitas irte a la calle a que te vean que eres una puta. ¿Me entendéis? No hay ese estigma. Es tú en tu casa, vendes una foto erótica, que eso te empodera y se acabó», sentencia Ruiz Repullo. Pero lo que parecería una ventaja que ofrece la plataforma, puede ser, en realidad, una forma de ocultar que sigue existiendo desigualdad estructural detrás del fenómeno llamado OnlyFans.

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