La renovación de Javi Puado ha sacudido el corazón del Espanyol. No solo por lo que significa en lo deportivo, sino por todo lo que representa a nivel emocional. El delantero, que ahora se convierte en emblema blanquiazul, firmó hasta 2030 y fue bautizado como el nuevo “jugador franquicia”.
Una etiqueta que tiempo atrás parecía reservada para Joan García, pero que hoy tiene nuevo dueño. Aunque nadie lo nombró directamente, el mensaje fue claro. El club ya eligió a su nueva bandera, y esa decisión no pasó desapercibida.
6El romanticismo que aún sobrevive en el fútbol

En tiempos donde la mayoría elige con la calculadora en la mano, decisiones como la de Puado reconcilian al fútbol con su lado más humano. La conversación sobre el compromiso real con los colores volvió a cobrar fuerza, como ya sucedió con el caso de Nico Williams en el Athletic Club.
El fútbol todavía guarda espacio para quienes deciden desde el corazón. Y cuando eso ocurre, la hinchada responde con gratitud, respeto y esperanza.