La renovación de Javi Puado ha sacudido el corazón del Espanyol. No solo por lo que significa en lo deportivo, sino por todo lo que representa a nivel emocional. El delantero, que ahora se convierte en emblema blanquiazul, firmó hasta 2030 y fue bautizado como el nuevo “jugador franquicia”.
Una etiqueta que tiempo atrás parecía reservada para Joan García, pero que hoy tiene nuevo dueño. Aunque nadie lo nombró directamente, el mensaje fue claro. El club ya eligió a su nueva bandera, y esa decisión no pasó desapercibida.
2Una firma que vale más que goles

La renovación de Puado fue más que una estrategia contractual. Fue un acto de identidad. El Espanyol no solo se aseguró a uno de sus mejores jugadores, también lanzó un mensaje potente sobre el modelo de club que quiere ser.
Con 27 años, Puado se convirtió en el futbolista mejor pagado del plantel. Pero más allá del sueldo, ahora es símbolo, referente y capitán. Su vínculo va más allá del papel. Lleva desde los once años defendiendo los colores blanquiazules, y lo seguirá haciendo hasta los 33. Una vida entera en su casa.