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¿Por qué el calor nos quita el hambre? La ciencia detrás de un fenómeno muy clásico del verano

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Con termómetros que superan los 40 grados en varios puntos del país, muchos se sorprenden al notar que, a pesar de sudar sin parar, el hambre parece tomarse vacaciones. En pleno verano, cuando el calor lo invade todo, el apetito se reduce sin previo aviso. Pero ¿es esto normal? ¿O se trata de una simple percepción?

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La respuesta, como casi todo lo que involucra al cuerpo humano, tiene matices. El calor típico del verano no elimina el hambre de forma directa, pero sí modifica cómo y cuándo sentimos la necesidad de comer. A continuación, te contaremos por qué ocurre esto y qué podemos hacer para mantenernos sanos, incluso cuando el cuerpo dice “no quiero”.

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Consejos prácticos para no descuidar la alimentación en verano

Consejos prácticos para no descuidar la alimentación en verano
Fuente: Agencias

Ahora bien, si el calor nos quita las ganas de comer, ¿cómo podemos asegurarnos de seguir alimentándonos bien? Aquí te dejamos algunas recomendaciones avaladas por expertos en nutrición:

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  • Elegir alimentos refrescantes y ligeros: Frutas como la sandía, el melón, las cerezas o los cítricos son perfectos para esta época. También las verduras crudas, ensaladas, sopas frías y batidos. No solo son fáciles de digerir, sino que aportan agua y nutrientes esenciales.
  • Comer menos cantidad, pero con más frecuencia: Repartir las comidas en 5 o 6 tomas pequeñas a lo largo del día ayuda a mantener el organismo nutrido sin sentir pesadez. Así, se garantiza un aporte equilibrado de energía sin saturar el sistema digestivo.
  • Evitar comidas calientes y copiosas: Platos muy calóricos o calientes pueden aumentar la sensación de incomodidad y hacer que el cuerpo rechace el alimento. Mejor optar por cocciones sencillas y temperaturas frescas.
  • Beber inteligentemente: No todos los líquidos hidratan igual. Mejor evitar bebidas con azúcar añadido o gaseosas, y optar por infusiones frías, aguas saborizadas con frutas o zumos naturales. Un simple vaso de agua con rodajas de limón y unas hojas de hierbabuena puede ser una delicia.
  • Incorporar alimentos funcionales: Aquellos productos que además de nutrir, aportan beneficios extras, como probióticos, omega 3 o antioxidantes, pueden ser aliados clave durante esta temporada. Por ejemplo, un yogur natural con semillas y fruta puede ser desayuno, merienda o cena.
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