Carlos Sainz no pudo más. El piloto español de Fórmula 1 explotó tras otro fin de semana para el olvido con Williams, donde una vez más los errores técnicos y la falta de fiabilidad lo dejaron sin opciones de competir. El colmo fue el Gran Premio de Austria, donde ni siquiera pudo tomar la largada. En plena vuelta de formación, el coche empezó a fallar de forma alarmante.
Intentó llegar a boxes como pudo, pero lo que ocurrió después fue insólito. Su monoplaza comenzó a incendiarse y tuvo que saltar del vehículo entre llamas.

Aunque el susto no pasó a mayores, la imagen fue demoledora. Williams volvió a quedar expuesta, y lo que prometía ser una etapa ilusionante para el madrileño está convirtiéndose en una pesadilla constante.
Un fin de semana para el olvido para Carlos Sainz en Austria
Lo sucedido en Spielberg dejó secuelas profundas. No solo fue el abandono de Carlos Sainz antes de comenzar la carrera, también su compañero de equipo, Alexander Albon, tuvo que retirarse en la vuelta 17 por problemas similares. La doble eliminación reflejó el desastroso presente de Williams, una escudería que arrancó el campeonato con aspiraciones modestas, pero esperanzadoras.
La realidad, sin embargo, ha sido otra. Carrera tras carrera, los fallos mecánicos se acumulan, la evolución técnica brilla por su ausencia, y los puntos escasean.
El equipo ha sido ampliamente superado por sus rivales directos, y la frustración comienza a hacerse sentir tanto dentro como fuera del paddock.
La paciencia de Sainz se agota con Williams
El gesto de Carlos Sainz lo dijo todo. Ya no hay espacio para las excusas ni para el optimismo forzado. El piloto español está claramente decepcionado con el proyecto que le vendieron en Williams. Cuando firmó, le prometieron un coche con aspiraciones reales, con capacidad para meterse en los puntos regularmente e incluso pelear algún podio sorpresivo.
Pero lo que ha vivido hasta ahora está lejos de eso. El monoplaza no responde, las mejoras nunca llegan y el equipo parece estancado. Mientras otras escuderías avanzan a pasos agigantados con nuevas piezas y desarrollos, en Williams siguen sin encontrar el rumbo. En este escenario, Sainz ya piensa en dar un paso al costado y rescindir el contrato que aún lo vincula hasta el próximo año.
En medio del caos, aparece un rayo de esperanza. Carlos Sainz suena con fuerza para sumarse a Red Bull, uno de los equipos más potentes de la parrilla y donde ya militó en su etapa en Toro Rosso. La posibilidad surge por el bajo rendimiento de Yuki Tsunoda, quien no termina de convencer en la estructura energética.