Con la llegada del verano, los días se hacen más largos, el cuerpo se relaja y las emociones florecen. Es un momento ideal para reconectar con lo que nos hace bien, tanto por dentro como por fuera. Y aunque el sol y el aire libre parecen ser protagonistas indiscutibles, hay un factor silencioso que también influye en nuestro ánimo: la alimentación.
Sí, lo que comemos puede marcar la diferencia entre un verano lleno de vitalidad y otro sin energía ni motivación. Por eso, es importante saber qué tipo de alimentación ayuda a fortalecer el equilibrio emocional, combatir el estrés y potenciar la alegría de vivir. A continuación, te contaremos cuáles son y por qué deberías incluirlos en tu mesa estival.
4Nunca puede faltar en tu alimentación: Agua, movimiento y una invitación a sentirnos vivos

No podemos hablar de bienestar sin mencionar el agua. Hidratarnos adecuadamente es fundamental para que el cuerpo funcione de forma óptima. Según Mayo Clinic, el agua ayuda a eliminar residuos, regula la temperatura corporal, protege las articulaciones y tejidos, y previene la fatiga.
Una leve deshidratación puede alterar el estado de ánimo, disminuir la concentración y hacernos sentir más cansados de lo normal. Por eso, beber entre 2 y 3 litros de agua por día, como recomiendan los especialistas, es clave. Y más aún en verano, cuando las altas temperaturas y la mayor actividad física aumentan las necesidades hídricas.
La alimentación también puede colaborar con la hidratación si incluye frutas ricas en agua como la sandía, el melón, el pepino o los cítricos. Estos alimentos, además de refrescarnos, ayudan a mantener el equilibrio electrolítico y mejorar el tono general del cuerpo y la mente.