Cambiar la forma en que comemos no tiene por qué ser sinónimo de sufrimiento. Según la doctora Trisha Pasricha, médica y docente de la Universidad de Harvard, los verdaderos cambios se logran cuando son progresivos, sostenidos y realistas. Por eso, compartió un conjunto de consejos basados en evidencia científica que prometen transformar la relación con las alimentación sin necesidad de dietas extremas.
En lugar de imponer restricciones abruptas, la especialista propone modificaciones pequeñas pero consistentes, que permiten mejorar la salud digestiva, prevenir enfermedades y mantener el bienestar general a largo plazo. Su enfoque de alimentación está pensado para quienes buscan resultados duraderos y no soluciones temporales.
2Del smoothie al yogur: qué elegir para empezar el día

El desayuno puede ser uno de los momentos más decisivos del día. Y aunque muchas personas optan por jugos, la doctora Pasricha recomienda reemplazarlos por smoothies. Esta preparación, al conservar la fibra de las frutas y verduras, evita los picos de glucosa que generan los jugos procesados o licuados tradicionales.
Un buen smoothie, según la experta, debería contener una base de frutas naturales, algo de verdura (como espinaca o pepino), una fuente de proteína (como yogur griego o leche vegetal fortificada) y, si se desea, una cucharada de semillas como lino o chía. De este modo, no solo se obtiene un alimento más completo, sino que se prolonga la sensación de saciedad.