Aunque a menudo se asocia la salud con lo que comemos o la cantidad de ejercicio que hacemos, lo cierto es que uno de los pilares más olvidados —y fundamentales— para un estilo de vida equilibrado es el descanso nocturno. Dormir mejor no solo influye en el estado de ánimo, sino también en funciones críticas del cerebro y el cuerpo que determinan nuestro bienestar a largo plazo.
El sueño de calidad no es un lujo, es una necesidad biológica. Así lo confirman los expertos, quienes sostienen que mientras dormimos, nuestro organismo se encarga de reparar tejidos, fortalecer el sistema inmune y regular hormonas clave. Entre ellas, la melatonina juega un papel esencial, y su producción natural puede verse alterada con el paso de los años.
1La hormona del descanso: ¿por qué la melatonina es vital para dormir mejor?

La melatonina es mucho más que una simple hormona del sueño. Actúa como el gran regulador del reloj biológico humano, ayudando a sincronizar los ritmos circadianos con los ciclos naturales de luz y oscuridad. Producida por la glándula pineal, su liberación comienza a elevarse al caer la tarde, señalando al cuerpo que es momento de relajarse y prepararse para dormir mejor.
Sin embargo, con el envejecimiento o por causas externas como el uso excesivo de pantallas, el estrés o los malos hábitos alimenticios, los niveles de melatonina descienden. Esto puede provocar alteraciones en el patrón de sueño, dificultando tanto el inicio como el mantenimiento del descanso nocturno.
Ante esta situación, investigadores de la Universidad de Harvard han comenzado a analizar cómo la dieta puede convertirse en una aliada natural para favorecer la producción de melatonina. La respuesta la encontraron en un régimen ya conocido por sus múltiples beneficios: la dieta mediterránea.