En más de una ocasión, todos nos hemos llevado la decepción de morder una fruta o preparar una verdura que, pese a lucir perfecta en el supermercado, carece totalmente de sabor. Este fenómeno tiene una explicación mucho más sencilla —y lógica— de lo que parece: muchos alimentos pierden sus propiedades organolépticas cuando se cultivan fuera de temporada.
Consumir alimentos en su momento óptimo no solo nos garantiza el mejor sabor, sino que también representa un gesto de respeto hacia la naturaleza. En este artículo te contaremos por qué es tan importante comprar frutas y verduras de temporada, cuáles son las que deberías priorizar durante el mes de junio y qué beneficios concretos aportan a nuestra salud, bolsillo y bienestar.
2Sabor, ahorro y salud: los tres grandes beneficios

Un tomate de verano no tiene competencia. La diferencia es evidente apenas lo pruebas. Y lo mismo ocurre con unas nectarinas jugosas, un puñado de cerezas recién recolectadas o una berenjena firme y carnosa. Esto se debe a que, al crecer en condiciones ideales, el alimento conserva intactos sus compuestos aromáticos y dulzores naturales, sin la intervención de cámaras de refrigeración o largos trayectos de transporte.
Por otro lado, durante su temporada, los alimentos abundan en los mercados. Esa oferta elevada se traduce directamente en precios más bajos. No es casualidad que, en junio, las nectarinas y las peras bajen de precio en fruterías y supermercados. Además, al haber menos intermediarios, el producto llega más fresco y económico.
Asimismo, los alimentos de temporada están en su momento de mayor riqueza nutricional. No han sido cosechados verdes ni madurados artificialmente. Así, conservan intactos sus antioxidantes, vitaminas, fibra y demás nutrientes esenciales que favorecen el sistema inmunológico, la digestión y el metabolismo.