El café, ese compañero fiel de las mañanas y las sobremesas, ha sido durante décadas uno de los rituales más universales. Muchos lo beben por necesidad, otros por placer, y hay quienes no podrían imaginar su rutina sin él. Pero ahora, un nuevo estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición abre la puerta a una dimensión mucho más prometedora: esta bebida podría estar vinculada con un envejecimiento saludable.
Aunque todavía no ha sido revisada por pares ni publicada en una revista científica, la investigación fue rigurosa y abarcó a un gran número de mujeres, a las que se hizo seguimiento durante décadas. Los resultados no solo refuerzan hallazgos previos que relacionan el consumo de café con una vida más larga, sino que apuntan a beneficios concretos en la calidad del envejecimiento.
1Un estudio de décadas que sigue dando sorpresas

Detrás de esta nueva revelación hay un trabajo minucioso que comenzó en los años 70, cuando más de 47.000 enfermeras de Estados Unidos aceptaron participar en un seguimiento exhaustivo de sus hábitos de vida. Cada pocos años, completaban detallados cuestionarios sobre su alimentación, estilo de vida y, por supuesto, sobre su consumo de bebidas con cafeína como el café, el té y refrescos como Coca-Cola o Pepsi.
En 2016, los investigadores analizaron cuántas de esas mujeres seguían vivas y cumplían con una exigente definición de “envejecimiento saludable”. Esto incluía tener al menos 70 años, gozar de buena salud física y mental, no presentar deterioro cognitivo ni problemas de memoria, y estar libres de once enfermedades crónicas entre las que se encontraban la diabetes tipo 2, el cáncer, enfermedades cardíacas o neurodegenerativas como el Parkinson y la esclerosis múltiple.
El resultado sorprendió, pero no tanto a quienes ya venían observando las propiedades de esta bebida en la salud: algo más de 3.700 mujeres cumplían con todos esos requisitos. ¿Qué tenían en común? Un patrón de consumo de cafeína bastante definido entre los 45 y los 60 años de edad.