En medio del ceremonial que rodea a Felipe VI y Letizia, hay detalles que raramente se exponen. Uno de ellos, según apuntarían diversos medios y observadores de la Casa Real citados por EN Blau, es el supuesto rechazo que la reina sentiría hacia un problema crónico que afecta al rey desde su juventud.
No estamos hablando de protocolos o de la agenda oficial, sino de un trastorno personal que habría impactado directamente en la convivencia del matrimonio entre Felipe VI y Letizia, haciendo que esta última sintiera rechazo o repulsión, según indican las fuentes citadas por el medio mencionado.
3Un punto de fricción en la relación real

El matrimonio entre Letizia y Felipe VI ha sido, desde su inicio, objeto de escrutinio público. La proyección de una pareja sólida y moderna ha tenido que convivir con rumores de problemas, infidelidades y diferencias de carácter. En este sentido, el trastorno de onicofagia del monarca pudo haberse convertido en una fuente silenciosa de fricción.
Letizia, caracterizada por su poder de autocontrol y disciplina, habría tenido dificultades para entender la magnitud psicológica del problema de su esposo. Sobre todo, cuando el mal hábito es percibido como un acto antihigiénico y contrario a las normas de imagen y pulcritud que mantiene la reina y que además considera fundamentales. La frecuencia de las consecuencias físicas del trastorno –heridas, sangre, apósitos visibles– habría sido, según señalan algunos cronistas de la realeza, un elemento de incomodidad constante entre ambos.