Especial 20 Aniversario

San Mamés torna la euforia del Manchester United en su peor pesadilla

San Mamés vivió el 21 de mayo una de esas noches que se graban para siempre en la historia del fútbol europeo. El mítico estadio bilbaíno fue el escenario donde el Tottenham alcanzó la gloria y el Manchester United cayó en una de sus peores pesadillas recientes. En una final cargada de nervios, con poco fútbol y un solo gol más fruto del azar que del talento, los ‘Spurs’ se consagraron campeones de la Europa League.

Publicidad

Más de 50.000 aficionados ingleses inundaron San Mamés, tiñendo sus calles de blanco, azul y rojo. La ciudad, que soñaba con ver al Athletic en esa instancia, acabó siendo testigo de una batalla inglesa que paralizó cada rincón. Hubo cánticos, celebraciones y también algunos altercados, pero sobre todo hubo fútbol. O al menos, la versión más tensa y emocional del juego.

Tottenham De La Euforia A La Pesadilla, La Caída Del Manchester En San Mamés
Fuente: X De Tottenham.

San Mamés se transformó en el templo de una gesta histórica para el Tottenham. Con apenas un disparo a puerta en todo el partido, el equipo londinense supo sufrir, resistir y golpear cuando debía. Mientras tanto, el United se vio atrapado en sus propios errores y pagó caro su falta de contundencia.

De la euforia a la pesadilla, la caída del Manchester en San Mamés

Hace apenas unas semanas, el Manchester United salía ovacionado de San Mamés tras un polémico 0-3 ante el Athletic Club. Aquel día, un penalti dudoso y una expulsión discutida alimentaron la sensación de injusticia en Bilbao. Sin embargo, el fútbol tiene memoria. Y el miércoles, ese mismo estadio se convirtió en un lugar hostil para los ‘diablos rojos’.

El equipo de Ruben Amorim llegaba confiado, pero acabó aturdido por un rival que le cerró todos los caminos. Con mayor posesión, más llegadas por las bandas y un sinfín de centros al área, el United dominó… pero nunca supo cómo romper la muralla londinense. Ni siquiera en las jugadas a balón parado, uno de sus fuertes, encontró el resquicio necesario para empatar.

El Tottenham, pese a no contar con figuras como Heung-Min Son, se aferró a su solidez defensiva y al temple de sus jugadores para mantener la ventaja. No deslumbró, pero cumplió con el manual de las grandes finales: concentración, eficacia y una pizca de fortuna. El United, en cambio, se fue sin consuelo. Sin goles, sin reacción y sin un plan B que le diera vida en los minutos finales. Y así, en un escenario que parecía predestinado a verlo triunfar de nuevo, terminó despidiéndose en silencio.

Un gol con fortuna y una celebración en San Mamés que rompe una sequía

El único tanto del partido llegó en una jugada confusa, casi fortuita, que bien resume lo que fue esta final. Pape Sarr mandó un centro desde la derecha, Brennan Johnson apareció entre los defensas, y el balón acabó dentro del arco. La UEFA aún no aclara si fue gol del galés o autogol de Luke Shaw. Pero eso, en realidad, poco le importó a los ‘Spurs’. El Tottenham celebró como se celebra lo que se hace esperar durante 17 años. Desde aquella última Copa de la Liga en 2008, no saboreaban un título europeo.

Ahora, suman su primera Europa League, que se añade a sus dos Copas de la UEFA y una Recopa. Un premio gigante para un equipo que, entre altibajos y críticas, cerró la temporada con una sonrisa de oro. San Mamés, por una noche, fue terreno sagrado para los londinenses. En un estadio ajeno, con clima de guerra futbolística y con la historia en juego, el Tottenham firmó una actuación de carácter. No fue brillante, pero sí efectiva. Y eso basta cuando el objetivo es levantar un trofeo continental. El triunfo tiene un valor doble. Además del título, los clasifica a la próxima Champions League.

Publicidad

Para un club que ha coqueteado con la inestabilidad en los últimos años, este logro puede marcar un punto de inflexión. En cambio, el United se marcha con las manos vacías, sin título y sin billete europeo para la próxima temporada. San Mamés fue protagonista, otra vez. Pero esta vez no fue por el Athletic. Fue el escenario que encumbró al Tottenham y dejó al Manchester United mirando el suelo, sin respuestas. Una noche histórica que Bilbao difícilmente olvidará.

Publicidad