Bilbao ya ha comenzado a recibir a los primeros hooligans ingleses que han viajado para presenciar la esperada final de la UEFA Europa League entre el Manchester United y el Tottenham Hotspur. Aunque la mayoría de aficionados todavía están por llegar, las primeras horas en la capital vizcaína se están desarrollando sin incidentes destacables. Las autoridades locales han intensificado los controles preventivos y, de momento, el ambiente se mantiene dentro de los cauces de la normalidad.
La llegada masiva se espera para la tarde de hoy, cuando se calcula que cerca de 55.000 hinchas procedentes de Londres y Manchester desembarquen en Bilbao para apoyar a sus respectivos equipos. Este importante desplazamiento ha encendido las alarmas de los cuerpos de seguridad, especialmente por el perfil de algunos de estos aficionados, conocidos por su historial conflictivo en anteriores eventos internacionales.

Despliegue de seguridad sin precedentes
Ante la magnitud del evento y el riesgo potencial que representa la presencia de miles de hooligans ingleses, el Gobierno Vasco ha preparado un amplio dispositivo de seguridad. Se desplegarán alrededor de 2.000 agentes de la Ertzaintza en distintos puntos estratégicos de la ciudad, especialmente en el Casco Viejo, las inmediaciones de San Mamés y las zonas de ocio más frecuentadas por los aficionados británicos.
El operativo incluye unidades antidisturbios, vigilancia aérea con drones, control de accesos y patrullas mixtas con policías británicos desplazados a Bilbao para colaborar en labores de identificación. El objetivo es prevenir cualquier conato de violencia o altercado, ya que algunos grupos radicales han sido catalogados como de “alto riesgo” por Europol. De momento, el ambiente sigue siendo festivo, pero la tensión es palpable entre los cuerpos de seguridad.
Una ciudad en alerta por los hooligans ingleses
Además del reto de seguridad, Bilbao afronta una compleja operación logística para acoger a decenas de miles de visitantes en pocas horas. Se han habilitado zonas de fan zone diferenciadas para ambas aficiones con el fin de evitar enfrentamientos directos, y se han reforzado los servicios de transporte público, limpieza y atención médica.
Los comerciantes y hosteleros, por su parte, viven con cierta preocupación e incertidumbre esta final. Si bien la llegada de hooligans ingleses supone un impacto económico positivo, también temen que los altercados puedan empañar la imagen de la ciudad. Todo está preparado para una jornada histórica en la que Bilbao se convertirá en el epicentro del fútbol europeo gracias a la final de la Europa League.