El verano se acerca a pasos agigantados y con él, la avalancha de dietas milagrosas que prometen transformar nuestro cuerpo en tiempo récord. Las dietas extremas inundan revistas, televisión y redes sociales con mensajes que generan ansiedad y presión sobre nuestra imagen corporal, cuando deberíamos estar disfrutando de la temporada estival sin preocupaciones excesivas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado recientemente una campaña informativa para advertir sobre los peligros de ciertos regímenes alimenticios que pueden resultar contraproducentes para nuestra salud.
Los españoles gastamos cada año millones de euros en productos y servicios relacionados con la pérdida de peso, especialmente en los meses previos al verano. Este fenómeno, que se repite año tras año con mayor intensidad, ha llevado a los expertos sanitarios a posicionarse de manera contundente contra determinadas prácticas alimentarias. La OMS, junto con numerosos especialistas en nutrición, señala que la obsesión por alcanzar el llamado «cuerpo perfecto» puede derivar en trastornos alimenticios y problemas de salud que trascienden lo meramente estético, afectando seriamente nuestro bienestar físico y emocional a largo plazo.
LAS DIETAS MILAGRO: ENEMIGO NÚMERO UNO DE TU SALUD

Las dietas restrictivas que prometen resultados espectaculares en pocos días se han convertido en un clásico de la temporada preveraniega. Estos regímenes, que suelen eliminar grupos enteros de alimentos esenciales para nuestro organismo, generan un déficit nutricional que puede manifestarse en forma de fatiga crónica, caída del cabello o problemas hormonales, entre otros. La OMS advierte específicamente sobre las consecuencias negativas de estas dietas milagro, que aunque pueden producir una pérdida de peso inicial, casi siempre conducen al temido efecto rebote.
El problema fundamental radica en la insostenibilidad de estos patrones alimentarios a medio y largo plazo. Las dietas hiperproteicas o aquellas que eliminan completamente los carbohidratos, tan populares en los últimos años por su aparente eficacia, son especialmente peligrosas según los expertos sanitarios. La OMS señala que estos enfoques pueden provocar alteraciones en el metabolismo y crear una relación tóxica con la comida, algo que contradice por completo el objetivo de una alimentación saludable y equilibrada que debería ser nuestro verdadero norte.
POR QUÉ LAS DIETAS DETOX SON UNA FALACIA CIENTÍFICA

Las llamadas dietas detox han ganado una popularidad extraordinaria, respaldadas por celebridades y supuestos gurús de la nutrición que pregonan sus beneficios desintoxicantes. Sin embargo, la ciencia no respalda en absoluto estos supuestos métodos de limpieza del organismo, como recalca la OMS en sus últimas publicaciones sobre nutrición. Nuestro cuerpo cuenta con sistemas propios de desintoxicación, principalmente el hígado y los riñones, que funcionan perfectamente sin necesidad de someterse a regímenes basados exclusivamente en zumos o líquidos.
Los batidos verdes, las infusiones depurativas o los ayunos intermitentes extremos se presentan como soluciones mágicas previas al verano. La realidad, según confirman numerosos estudios avalados por la comunidad médica internacional, es que estas dietas pueden provocar desequilibrios electrolíticos, pérdida de masa muscular y alteraciones metabólicas. La OMS recomienda alejarse de cualquier propuesta alimentaria que prometa «limpiar» o «desintoxicar» el organismo en pocos días, pues no solo carecen de base científica sino que pueden resultar contraproducentes para nuestra salud.
LOS PELIGROS OCULTOS DE LAS DIETAS ULTRAPROCESADAS

Paradójicamente, mientras algunas dietas restrictivas nos alejan de grupos alimentarios completos, otras nos conducen hacia productos ultraprocesados específicamente diseñados para la pérdida de peso. Batidos sustitutivos, barritas energéticas o productos etiquetados como «light» se presentan como alternativas saludables cuando, en realidad, suelen contener aditivos, azúcares ocultos y conservantes que nada tienen que ver con una alimentación equilibrada, como señala la OMS en sus guías nutricionales.
El mercado de productos dietéticos mueve cifras astronómicas cada temporada, especialmente en las semanas previas al verano. Los expertos alertan sobre el consumo indiscriminado de estos alimentos, cuya composición nutricional dista mucho de ser óptima a pesar de sus promesas de ayudarnos a alcanzar la figura deseada. Las dietas basadas en estos productos procesados no solo no ayudan a establecer hábitos alimentarios saludables a largo plazo, sino que pueden crear dependencia y alterar nuestra percepción sobre lo que constituye una alimentación normal y equilibrada, algo que preocupa enormemente a las autoridades sanitarias internacionales.
LA DIETA MEDITERRÁNEA: EL ANTÍDOTO AVALADO POR LA CIENCIA

Frente a las dietas restrictivas, la OMS y numerosos especialistas en nutrición coinciden en señalar a la dieta mediterránea como el patrón alimentario más saludable y equilibrado. Este modelo, reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, representa mucho más que una simple forma de alimentarse: es un estilo de vida que ha demostrado científicamente sus beneficios para la salud cardiovascular, la longevidad y el mantenimiento de un peso saludable.
La dieta mediterránea tradicional, basada en el consumo abundante de frutas, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva, se aleja completamente de los regímenes restrictivos que proliferan antes del verano. Los expertos coinciden en que adoptar este patrón alimentario, combinado con actividad física regular y hábitos de vida saludables, constituye la mejor estrategia para mantener un peso adecuado sin caer en los peligros de las dietas extremas. La OMS recomienda este enfoque como alternativa sensata frente a la búsqueda desesperada de resultados inmediatos que caracteriza a muchas dietas de moda.
ESTRATEGIAS SOSTENIBLES FRENTE A LA PRESIÓN ESTÉTICA VERANIEGA

Ante la presión social y mediática por lucir un determinado tipo de cuerpo durante el verano, los especialistas en salud mental y nutrición abogan por un cambio de perspectiva. La OMS insiste en la importancia de adoptar un enfoque de alimentación consciente, que nos permita reconectar con nuestras sensaciones de hambre y saciedad en lugar de seguir reglas restrictivas impuestas desde fuera. Este planteamiento, además de ser más sostenible a largo plazo, contribuye a mejorar nuestra relación con la comida y nuestro propio cuerpo.
El verdadero éxito no consiste en seguir dietas drásticas antes del verano sino en incorporar hábitos saludables durante todo el año. Los expertos en nutrición recomiendan pequeños cambios graduales en lugar de restricciones severas, priorizando siempre el bienestar general por encima de consideraciones meramente estéticas. La hidratación adecuada, el consumo de alimentos frescos y de temporada, y la práctica regular de actividad física constituyen pilares fundamentales que la OMS señala como claves para mantenerse saludable sin caer en la trampa de las dietas milagrosas que tanto proliferan en esta época del año.