El Gran Premio de Emilia Romagna nos dejó una de las sorpresas más emocionantes y espectaculares de la temporada. Fernando Alonso, en un fin de semana cargado de sensaciones, firmó una clasificación memorable que lo ubicó quinto en la parrilla de salida. Lo consiguió con una mezcla perfecta de estrategia, talento y determinación, en un circuito que guarda algunos de los recuerdos más brillantes de su carrera.
Este regreso al frente no solo devuelve a Fernando Alonso al centro de atención, sino que también marca un punto de inflexión para Aston Martin, que finalmente ha respondido a las expectativas que generó al comienzo del año. La influencia de Adrian Newey empieza a notarse y el AMR25 se mostró más competitivo que nunca.
7Un accidente que paralizó a todos

La jornada también estuvo marcada por un momento de mucha tensión, el accidente de Franco Colapinto. El piloto argentino de Alpine perdió el control en Tamburello y chocó contra la barrera. El impacto fue fuerte, y aunque salió por sus propios medios, fue llevado al centro médico por protocolo.
Las imágenes del coche destrozado y la bandera roja que detuvo la sesión recordaron lo peligroso que puede ser la Fórmula 1. Por suerte, el halo cumplió su función y el piloto está en buen estado.