- Más Información: Lección imponente de Hansi Flick tras hacer campeón al Barcelona
Wojciech Szczesny había colgado los guantes el verano pasado. Así lo anunció, convencido de que su etapa como futbolista había llegado a su fin. Pero el destino tenía otros planes. La lesión de Marc-André ter Stegen obligó al FC Barcelona a buscar una solución de urgencia, y fue entonces cuando el arquero polaco reapareció en escena.
Lo que parecía un parche temporal terminó por convertirse en una de las historias más llamativas de la temporada. Szczesny no solo volvió, sino que lo hizo a lo grande. Se enfundó la camiseta azulgrana y acabó levantando tres títulos en una misma campaña —Liga, Copa del Rey y Supercopa de España—. Un regreso soñado. Y como si fuera poco, durante la rúa de los campeones en las calles de Barcelona, el ex de la Juventus fue uno de los más ovacionados por la afición.

Carisma, autenticidad y un toque de polémica hicieron que el polaco se robara las miradas, dentro y fuera del campo. La fiesta no solo sirvió para celebrar los títulos, sino también para confirmar que Szczesny se había convertido en algo más que un refuerzo de emergencia: era ya un personaje querido en el vestuario dirigido por Hansi Flick.
La polémica del cigarro y la respuesta sin filtros
Entre las escenas más virales de la jornada festiva destacó un cántico coreado por los hinchas en el Estadio Olímpico Lluís Companys: “Szczesny, fumador”. No era una ocurrencia del momento. Desde su llegada al club, el arquero no ha ocultado su gusto por el tabaco, una costumbre que ha generado comentarios desde todos los frentes. Pero él, lejos de esconderse, dio la cara. En una entrevista con Mundo Deportivo, fue claro y directo.
“Son cosas que no cambio de mi vida personal y no es asunto de nadie si fumo. No afecta y lo que hago en el campo de fútbol es trabajar el doble de duro”. Una frase que resume bien su personalidad, sin filtros, sin máscaras. Las imágenes de Szczesny fumando han circulado durante toda la temporada. Ya sea celebrando el 0-4 en el Santiago Bernabéu o levantando la Copa del Rey en Sevilla, el cigarro ha estado presente. Para muchos, una provocación.
Para otros, simplemente un rasgo más de un futbolista auténtico, que se muestra tal como es. Lo cierto es que, pese a las críticas, la hinchada culé ha terminado por rendirse a sus pies. Porque más allá del humo, hay un portero que ha respondido en los momentos clave y que ha demostrado compromiso con el equipo.
Del humo a los aplausos, una personalidad que conquista
La rúa de campeones dejó estampas memorables, pero ninguna tan comentada como la protagonizada por Szczesny. Con sombrero de paja y la palabra “Fumador” escrita en la visera, el polaco se paseó entre cánticos y carcajadas, cigarro en mano. En un gesto que recorrió las redes, le ofreció uno a Marc Bernal, de apenas 17 años, quien lo rechazó con educación. La escena, lejos de generar rechazo, fue celebrada con humor por la mayoría de aficionados.
La conexión de Szczesny con el vestuario también quedó a la vista. Robert Lewandowski, su compatriota y amigo cercano, compartió con él la celebración y hasta un puro. Pero entre tanto desparpajo, el guardameta también dejó espacio para una reflexión seria. “Cuando era muy joven, creé un hábito que es muy negativo para mí, y lo sé. Simplemente no puedo ganarle. Así que, para cualquiera que esté viendo: No hagan lo que yo hice”.
Una advertencia sincera, que refuerza esa dualidad que lo hace tan singular. Irreverente, sí, pero también consciente de sus errores. En apenas unos meses, Szczesny ha pasado de retirado a ídolo inesperado del Barça. No solo por sus atajadas, sino por su manera de ser. Su autenticidad, su valentía para no ocultar nada, y su buen rendimiento deportivo han hecho que se gane un lugar especial en la memoria culé.