Cumplir 65 años debería ser sinónimo de descanso y estabilidad. Sin embargo, para muchos españoles que dependen del subsidio por desempleo del SEPE, esta edad marca el inicio de un problema inesperado. Al llegar a ese umbral, miles de beneficiarios descubren que este apoyo económico desaparece de forma automática, dejándolos en una encrucijada financiera.
Lo más preocupante es que no se trata de una sanción ni de un error administrativo del SEPE. Es la ley. Y, en muchos casos, esa misma ley deja a quienes más lo necesitan —personas desempleadas de larga duración que han cotizado durante décadas— sin subsidio y, en ocasiones, sin pensión.
1El subsidio del SEPE no es para siempre: el límite legal de los 65

Desde hace años, el subsidio por desempleo para mayores de 52 años del SEPE representa una tabla de salvación para quienes, tras haber trabajado buena parte de su vida, se encuentran sin empleo y con escasas posibilidades de reincorporarse al mercado laboral. Este subsidio les garantiza un ingreso mensual mientras esperan poder acceder a la jubilación.
Pero lo que muchos no saben —o descubren demasiado tarde— es que el SEPE corta automáticamente ese subsidio cuando el beneficiario cumple 65 años. Así lo confirmó Fernando Maján, asesor de la Subdirección General de Prestaciones del SEPE, en una entrevista reciente. El motivo es claro: a partir de los 65, se considera que la persona ya puede acceder a su pensión de jubilación. Y por tanto, el subsidio pierde su razón de ser.
Sin embargo, esta explicación técnica no alivia el impacto emocional y económico que supone perder ese ingreso sin tener aún asegurada una pensión. Sobre todo porque, en la práctica, el paso del subsidio a la pensión no es automático. Y ahí comienza el verdadero problema.