Durante años, los gatos fueron alimentados con restos del almuerzo familiar o sobras de la carnicería del barrio. Era algo común, casi tradicional. Pero los tiempos han cambiado. Hoy, los estantes de los supermercados y las clínicas veterinarias están repletos de productos especialmente diseñados para ellos. En este contexto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), siempre atenta a la calidad de lo que consumimos –y lo que consumen nuestras mascotas–, ha llevado a cabo una investigación exhaustiva.
La OCU analizó una amplia gama de productos para gatos: desde piensos secos hasta comida húmeda y fórmulas específicas para animales esterilizados. El objetivo: determinar si estos productos cumplen lo que prometen y, más importante aún, cuál es la mejor opción según sus análisis. En este artículo te contaremos cuál es el mejor alimento para tu gato.
2Comida húmeda: irresistible para ellos, no tanto para nuestro bolsillo

Quien haya vivido con un gato lo sabe: basta con abrir una lata para que aparezca en segundos, frotándose y maullando con impaciencia. Y es que la comida húmeda suele ser una auténtica delicia para los felinos. Su aroma, textura y sabor los atraen de forma casi inmediata.
La OCU confirma que, en términos generales, este tipo de alimento tiene una calidad superior. Suele estar más cerca de lo que un gato comería en la naturaleza: trozos de carne, texturas jugosas, aromas intensos. No es raro que muchos propietarios opten por combinarla con pienso seco, ofreciendo una alimentación más variada y rica.
Además, la comida húmeda puede ser la salvación para gatos enfermos o con poco apetito. Su alta palatabilidad y consistencia la hacen más fácil de ingerir en momentos críticos. También es útil para gatos mayores o con problemas dentales.
Pero, como en todo, también hay contras. Para empezar, las heces tienden a ser más blandas y con un olor más fuerte. Además, este tipo de alimentación no colabora en absoluto con la higiene bucal del animal. Y lo más importante para muchos bolsillos: es cara. Según el análisis de la OCU, el kilo de comida húmeda cuesta, de media, el doble que el del pienso seco.