En un contexto donde los impuestos sobre del alquiler turístico ha ganado protagonismo, la Agencia Tributaria ha intensificado sus esfuerzos para controlar con mayor precisión los ingresos derivados de plataformas como Airbnb. A partir de esta campaña de la Renta, Hacienda ha puesto en marcha nuevas medidas dirigidas a garantizar que quienes obtienen beneficios por arrendamientos vacacionales cumplan con sus obligaciones fiscales.
Estas acciones no solo buscan reforzar el control sobre el fraude, sino también equiparar el trato fiscal entre los propietarios tradicionales y los que optan por el alquiler turístico de corta duración. El Fisco cuenta ahora con información más detallada gracias a la entrada en vigor de la obligación de declarar los datos de cada operación de alquiler turístico.
Las plataformas intermediarias, como Airbnb, Booking, entre otras, están obligadas a proporcionar a Hacienda información específica sobre los ingresos obtenidos, la identidad de los arrendadores y la duración de las estancias, es decir, todos los detalles fiscales que puedan ayudar a la Agencia Tributaria a realizar el cruce de datos. Con estas herramientas, la Administración Tributaria refuerza su vigilancia sobre una actividad que ha crecido de forma exponencial en los últimos años y que, hasta hace poco, escapaba parcialmente al radar del control fiscal.
La Agencia Tributaria exige a las plataformas digitales datos precisos sobre anfitriones e ingresos obtenidos
La Agencia Tributaria ha dado un paso decisivo para reforzar el control sobre los ingresos generados a través del alquiler turístico. Desde este ejercicio fiscal, plataformas como Airbnb, y Booking están obligadas a facilitar información detallada sobre los anfitriones que utilizan sus servicios, incluyendo la identificación fiscal del propietario, la ubicación exacta del inmueble y el importe íntegro percibido por cada operación.
Esta medida, enmarcada dentro del modelo 179, busca combatir la economía sumergida en un sector que ha crecido de forma exponencial en los últimos años. Además de los datos básicos, Hacienda ha requerido el desglose de las fechas de alquiler y los días en los que la vivienda ha estado disponible para arrendar.
Con esta información, la Administración podrá cruzar datos con las declaraciones de la Renta y detectar posibles omisiones o irregularidades. Las plataformas digitales, que ya han comenzado a remitir estos datos de forma periódica, se convierten así en un engranaje clave del control tributario que pretende igualar el tratamiento fiscal entre el alquiler tradicional y el turístico.
Los propietarios deberán declarar de forma más detallada los beneficios por alquiler turístico en su declaración de la Renta
A raíz del refuerzo normativo, los propietarios que alquilan inmuebles turísticos están obligados a declarar con mayor precisión los beneficios obtenidos durante el año fiscal. Hacienda ha incidido en que estos ingresos deben incluirse en la base imponible del IRPF como rendimientos del capital inmobiliario, incluyendo tanto los ingresos brutos como los gastos deducibles vinculados a la actividad, como suministros, limpieza, tasas municipales o servicios de gestión.
La Agencia Tributaria ha advertido ya en varias oportunidades, que omitir estos ingresos puede conllevar sanciones (y todos sabemos cómo son las sanciones de Hacienda), recargos e incluso inspecciones más exhaustivas. Por ello, insta a los arrendadores a revisar con detenimiento la información fiscal remitida por las plataformas y a reflejar de forma exacta cada importe en su declaración.
Cabe destacar que esta exigencia de transparencia no solo busca mejorar la recaudación (siendo esta el primer objetivo claro está), sino también equilibrar la competencia entre los distintos modelos de arrendamiento y garantizar un marco fiscal más justo, porque al final se trata de ser justos y que todos paguemos lo que tenemos que pagar.
Hacienda refuerza el control fiscal sobre los arrendamientos de corta duración ante su creciente impacto económico
El auge del alquiler de corta duración o alquiler turístico, como se le conoce, ha generado un nuevo foco de atención para Hacienda, porque a este organismo la eficiencia, al momento de cobrar, no se le puede negar. La expansión de este modelo, especialmente en zonas urbanas y turísticas, ha provocado un aumento considerable de los ingresos por esta vía, muchos de los cuales escapaban hasta ahora al radar fiscal.
Ante esta realidad, el Ministerio de Hacienda ha intensificado la vigilancia sobre este tipo de arrendamientos, incorporando nuevas herramientas tecnológicas y procedimientos de cruce de datos. El objetivo es claro: “garantizar que todos los contribuyentes tributen en igualdad de condiciones y frenar la evasión fiscal en un sector que ha pasado de la marginalidad a la profesionalización en pocos años”.
Este refuerzo del control no solo afecta a los propietarios individuales, sino también a empresas gestoras y operadores intermediarios. Hacienda deja así un mensaje contundente: “el alquiler vacacional ya no es un ámbito fiscalmente opaco y quienes participen en él deben cumplir con sus obligaciones como en cualquier otra actividad económica”.