La advertencia es omnipresente en todas las estaciones de servicio españolas: prohibido utilizar el teléfono móvil mientras reposta. Este mito sobre el peligro potencial de una explosión provocada por nuestros dispositivos ha perdurado durante décadas, generando temor entre conductores y provocando que muchos guarden celosamente sus teléfonos antes de bajar del vehículo. Sin embargo, la ciencia y los expertos en seguridad llevan años cuestionando la veracidad de esta creencia tan arraigada en nuestra sociedad.
La persistencia de este tipo de prohibiciones nos lleva a reflexionar sobre cuántas precauciones que tomamos a diario están realmente fundamentadas en hechos científicos comprobables. Los carteles que advierten sobre el riesgo de explosión por usar móviles mientras repostamos combustible se han convertido en parte del paisaje habitual de nuestras gasolineras, pero pocas personas conocen el origen de esta prohibición o han presenciado algún incidente real relacionado con teléfonos y combustible. ¿Estamos ante un mito urbano convertido en norma o existe un peligro genuino que justifique esta limitación?
3RIESGOS REALES EN GASOLINERAS: MÁS ALLÁ DEL MITO DEL MÓVIL
Curiosamente, mientras nos preocupamos por el supuesto peligro de nuestros teléfonos, pasamos por alto amenazas mucho más reales en las estaciones de servicio. La electricidad estática generada al entrar y salir del vehículo durante el repostaje ha sido documentada como causa de varios incidentes. Este fenómeno físico, que se produce cuando una persona acumula carga eléctrica en su cuerpo al rozar con ciertos materiales como los asientos del coche, puede generar pequeñas descargas con potencial suficiente para inflamar los vapores de combustible si no se toman precauciones básicas.
El verdadero mito no es solo la prohibición del móvil, sino la falta de educación sobre los peligros auténticos. Los motores encendidos, cigarrillos mal apagados e incluso algunas prendas sintéticas que generan electricidad estática representan riesgos más significativos que nunca aparecen en grandes carteles de advertencia. Las estadísticas de incidentes en gasolineras españolas muestran que la mayoría de los accidentes están relacionados con estos factores y con comportamientos imprudentes como llenar recipientes no homologados, mientras que no existe ningún caso confirmado atribuible al uso de dispositivos móviles en toda la historia reciente de nuestro país.