Especial 20 Aniversario

El error en la ducha que destroza tu piel en verano, y gasta agua a lo tonto

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En plena época estival, nuestros hábitos cotidianos se modifican considerablemente para hacer frente al calor sofocante que azota la península. La piel, nuestro órgano más extenso y vulnerable, sufre especialmente durante estos meses debido a la exposición solar y a prácticas erróneas que muchos españoles cometen a diario sin ser conscientes de ello. Lo que debería ser un momento refrescante y placentero se convierte, por desconocimiento, en un ataque directo a nuestra dermis y un derroche innecesario de un recurso tan preciado como es el agua.

Resulta paradójico que algo tan habitual como ducharse pueda convertirse en el origen de problemas dermatológicos e incluso en un gasto superfluo para nuestros bolsillos. Los dermatólogos llevan años alertando sobre las consecuencias negativas de ciertos hábitos bajo el agua que, lejos de beneficiar a nuestra piel, la debilitan y exponen a irritaciones, especialmente durante la temporada veraniega. A estos efectos nocivos para la dermis se suma el impacto medioambiental y económico de un consumo irresponsable, en un país donde la sequía es una realidad cada vez más preocupante.

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JABONES Y GELES: ALIADOS O ENEMIGOS DE TU BARRERA CUTÁNEA

Fuente: Freepik

La industria cosmética bombardea constantemente a los consumidores con productos que prometen efectos milagrosos, especialmente durante la temporada estival. Sin embargo, muchos de estos jabones y geles contienen compuestos químicos agresivos que, lejos de beneficiar a la piel sometida al estrés veraniego, terminan por deteriorar su capacidad natural de protección y regeneración.

Los sulfatos, parabenos y fragancias artificiales presentes en numerosos productos de higiene personal pueden provocar reacciones adversas en pieles sensibilizadas por el sol. Los dermatólogos recomiendan optar por limpiadores suaves con pH neutro o ligeramente ácido que respeten el equilibrio natural de la piel. La elección de productos formulados con ingredientes naturales y libres de compuestos irritantes reduce significativamente el riesgo de deshidratación, descamación y picores tan frecuentes tras la exposición solar. Este cambio en nuestros hábitos de consumo no solo beneficia a nuestra dermis, sino que además contribuye a reducir el impacto ambiental, ya que muchos de estos componentes químicos acaban vertidos en los sistemas acuáticos, alterando su equilibrio natural.