Hernández Hernández vuelve al Clásico y reabre la polémica arbitral
El próximo domingo 11 de mayo, el Montjuic será el epicentro de una nueva edición del Clásico español. Sin embargo, antes de que ruede el balón, ya hay un tema que ha levantado polvo. La elección de Alejandro José Hernández Hernández como árbitro principal del encuentro. Cinco años después de su último enfrentamiento entre FC Barcelona y Real Madrid, el colegiado canario vuelve al partido más seguido del fútbol español, y lo hace con un historial que no deja indiferente a nadie.
La noticia, confirmada por el Comité Técnico de Árbitros (CTA), ha sido recibida con inquietud tanto en el entorno culé como en el madridista. Y no es para menos. En un contexto donde el arbitraje ya está bajo la lupa por casos recientes —incluyendo el siempre presente ‘Caso Negreira’—, el regreso de un juez tan cuestionado como Hernández Hernández parece echar más leña al fuego. Su figura, lejos de ser neutral, llega cargada de antecedentes y decisiones que aún generan debate.
Un regreso cargado de antecedentes para Hernández Hernández
No es la primera vez que el árbitro canario pisa el césped en un duelo de este calibre. Hernández Hernández ya ha dirigido cuatro Clásicos en Liga, y todos han tenido algo en común. Decisiones que terminaron siendo el centro de la polémica. Desde aquel 1-2 para el Real Madrid en la temporada 2015/16 hasta el empate sin goles de la campaña 2019/20, cada uno de sus arbitrajes ha sido examinado con lupa. Esta será su quinta aparición en el partido más caliente de España, y llega precedida por actuaciones recientes que tampoco calman las aguas.
Al Barça lo dirigió en el vibrante 4-4 contra el Atlético de Madrid en la Copa del Rey, mientras que al Madrid lo tuvo en su caída 2-1 frente al Betis, donde Vinicius Jr expresó abiertamente su malestar con el arbitraje. Lejos de tranquilizar, estos antecedentes vuelven a poner su nombre en el ojo de la tormenta. Además, el VAR estará a cargo de Martínez Munuera, un nombre que tampoco aporta demasiada calma al asunto. Aunque con experiencia, su perfil genera dudas, sobre todo en un partido donde el más mínimo error puede inclinar la balanza.
La escasa rotación deja pocas opciones
La elección de Hernández Hernández no fue producto del azar, aunque tampoco fue una decisión sencilla. La normativa exige que el árbitro del Clásico tenga rango internacional, y ese detalle redujo considerablemente el margen de maniobra para el CTA. A eso se suma que varios de los árbitros disponibles ya han sido protagonistas recientes en duelos de alto voltaje. Gil Manzano, De Burgos Bengoetxea y Sánchez Martínez han dirigido Clásicos en las últimas temporadas, lo que complicaba repetirlos. Por descarte, la figura del colegiado canario terminó imponiéndose, más por necesidad que por convicción.
El panorama se complicaba aún más con nombres como Soto Grado y Munuera Montero, prácticamente descartados. El primero por su reciente participación en el derbi vasco y ciertos roces con el estamento arbitral; el segundo, por un polémico episodio con Jude Bellingham, que pese a estar archivado, todavía pesa en la memoria reciente del fútbol español. En ese contexto, la designación de Hernández se convirtió en una especie de mal menor, una decisión inevitable por la falta de alternativas, pero igualmente polémica por el ruido que arrastra consigo.