Raphinha siembra mucha inquietud en el FC Barcelona de Joan Laporta con una renovación que se atasca
Lo que comenzó como un simple trámite, hoy es uno de los focos de mayor preocupación en el entorno blaugrana. La renovación de Raphinha, una de las grandes figuras del FC Barcelona esta temporada, ha dejado de ser un acuerdo previsible para transformarse en una negociación espinosa, cargada de tensión y dudas. Aunque desde ambos frentes —club y jugador— se insiste en el discurso de la continuidad, las conversaciones han tomado un giro inesperado. Raphinha tiene contrato hasta junio de 2027, pero la directiva quiso adelantarse para premiar su gran rendimiento.
Sin embargo, lo que parecía una muestra de confianza ha acabado generando más preguntas que respuestas. Las diferencias contractuales y económicas han complicado un proceso que, puertas afuera, se quiere mostrar como controlado. Pero lo cierto es que la distancia entre lo que pide el entorno del futbolista y lo que ofrece el club es cada vez más amplia, y eso alimenta la incertidumbre sobre el futuro del brasileño en el Camp Nou.
Diferencias clave que congelan la negociación de Raphinha
Uno de los principales nudos del conflicto está en la duración del nuevo contrato. El FC Barcelona ha planteado una ampliación por dos años adicionales, pero con un matiz que no convence al jugador. Un año fijo más otro condicionado al rendimiento. Este tipo de fórmulas se ha vuelto habitual en la política reciente del club, con el objetivo de mantener flexibilidad financiera y deportiva. Sin embargo, desde el lado del brasileño no ven con buenos ojos esa estrategia. Su entorno exige que los dos años adicionales estén garantizados desde el primer momento, sin condiciones.
La desconfianza en torno a un contrato 1+1 ha sido clara, y representa uno de los mayores bloqueos en la negociación. El otro punto de tensión está en el aspecto económico. Aunque no se han hecho públicas las cifras, varias fuentes coinciden en que la propuesta salarial no convence al jugador ni a sus representantes. “La diferencia entre lo pretendido y lo ofrecido es considerable”, comentan desde el círculo del atacante.Y no es un reclamo vacío. Raphinha suma 30 goles y 23 asistencias en 49 partidos esta temporada, números que lo ubican como uno de los jugadores más determinantes del plantel.
Una cláusula como único punto en común
En medio de tantas diferencias, hay al menos un punto de entendimiento, la cláusula de rescisión. Tanto el club como los representantes de Raphinha coinciden en fijar una cifra que no sea exagerada, pero que tampoco facilite una salida precipitada. Se baraja la posibilidad de establecer una cláusula cercana a los 80 millones de euros, una cifra que, teniendo en cuenta el nivel mostrado por el futbolista y la realidad del mercado, suena razonable.
Este acuerdo parcial se interpreta como un gesto de buena voluntad entre las partes, un intento de acercamiento en medio del bloqueo. Sin embargo, esa coincidencia no ha sido suficiente para destrabar el resto del conflicto. Las conversaciones siguen en una fase temprana, pero el club no quiere que la situación se prolongue más de lo necesario. Con la temporada aún en juego, y compromisos decisivos por delante, el Barça busca resolver cuanto antes un asunto que, de fondo, también impacta en la planificación deportiva a futuro.