El anuncio de aranceles universales que ha llevado a cabo el presidente de los Estados Unidos Donald Trump ha enfadado tanto a la industria española como a los órganos de Gobierno. Estas restricciones siembran la amenaza de alterar para siempre el comercio mundial, provocar un aumento de precios en el mercado y, en definitiva, afectar a aproximadamente 200 países del planeta Tierra. España es uno de ellos, con impuestos del 20 %.
La tasa base del 10% entra en vigor este sábado. Todas las cifras que lo superen, como las que se aplican en la UE, China o Japón, lo harán el 9 de abril, una semana después del anuncio. El mandamás republicano presentó en su «día de la liberación» unos nuevos aranceles que, según él, están dirigidos a originar industria en el país, rebajar precios en Estados Unidos y cerrar el déficit comercial.
Busca que tanto los países como las empresas instalen fábricas dentro de las fronteras del territorio norteamericano para evitar esas restricciones y, de esa manera, generar puestos de trabajo y una economía nacional más fuerte. «Les cobraremos aproximadamente la mitad de lo que ellos nos cobran y nos han estado cobrando. Así que las tarifas no serán totalmente recíprocas», amenazaba Trump.

Los números en los que se apoya Trump son los 1,2 billones de dólares de descuadre del último ejercicio, donde se observa un aumento de importaciones y una disminución de exportaciones. Acusa a la Unión Europea de impedir la llegada de carne estadounidense, a los países asiáticos de limitaciones de hasta el 500 % en exportaciones de arroz y a sus vecinos de Canadá de hacer algo parecido con los productos lácteos.
España, decepcionada y enfadada con los aranceles de Trump
Ante tal situación, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, declaró este jueves 2 de abril que lamenta profundamente el anuncio de aranceles universales por parte de Estados Unidos. «Estos aranceles perjudicarán a todos e impactarán sobre ciudadanos y empresas de todo el mundo, de manera injusta e injustificada», explicaba.
El mandatario del PSOE considera que todavía es pronto para cuantificar el impacto sobre la economía española que tendrán los aranceles del 20 % que Estados Unidos aplica a la Unión Europea, pero fuentes de la Moncloa advierten de que las medidas afectarán a la economía global y los mercados financieros, con un «mundo más fragmentado y empobrecido».
Debido al aumento de precios y costes, se prevé que los primeros perjudicados serán los ciudadanos y empresas americanas, pero el consumo y la inversión también tendrán un efecto negativo. Ante estos aranceles, previstos para entrar en vigor a partir del próximo 9 de abril, Sánchez ha detallado que la Unión Europea dará una respuesta «unida y proporcionada». Si bien ha apelado a una solución negociada, ha anunciado medidas adicionales de respuesta que serán valoradas, sobre todo en lo que tiene que ver con la exportación de acero y aluminio.

La industria alimentaria pide contraatacar
Por su parte, el director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), Mauricio García de Quevedo, pidió tanto a la UE como al Gobierno español una contraatacar tras calificar de «error» los aranceles de la administración Trump y considerar que perjudican tanto los intereses nacionales como los europeos y norteamericanos.
Deben reaccionar de manera contundente, con reciprocidad
Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB)
Las asociaciones han mostrado su preocupación por lo que está llevando a cabo Trump. «Deben reaccionar de una manera rápida y contundente, con reciprocidad, para intentar forzar una negociación que vuelva a las circunstancias normales del comercio internacional», advierten desde la federación.
Para poner en contexto el impacto hay que ir a los datos de FIAB. Las cifras nos dicen que durante el primer trimestre de 2024 las exportaciones españolas de la industria agroalimentaria y bebidas hacia Estados Unidos crecieron más del 15 % respecto al mismo periodo del año pasado, alcanzando los 800 millones de euros.
Asimismo, según datos de la Federación Española del Vino, Estados Unidos fue el primer mercado para los vinos espumosos y el segundo para vinos tranquilos, exportándose desde España casi 400 millones de euros. La demanda de productos agroalimentarios españoles ha aumentado en el país americano en los últimos años, siendo ya el quinto socio comercial global (tras Francia, Portugal, Italia y Alemania) y el principal extracomunitario.