Este mes de noviembre se cumplen 40 años de un estreno vital para la filmografía de Pedro Almodóvar. Ese estreno no es otro que el de ‘¿Que he hecho yo para merecer esto?’, la cuarta y sorprendente película dentro de la exitosa carrera del cineasta manchego. Un filme con el que inició su recorrido internacional y que puede acabar con el Oscar como mejor director en la próxima edición de estos galardones por su última película ‘La habitación de al lado’.
En esta innovadora obra, Almodóvar se aleja del cine moderno de la ‘Movida madrileña’ y se acerca al melodrama con tientes de neorrealismo italiano, que cambiaron y evolucionaron de gran manera la forma de entender el cine del director. En ella, el cineasta relata la historia de una ama de casa de un barrio humilde de Madrid. Una vida desesperada, humilde, dura e incluso sórdida.
SINOPSIS INNOVADORA Y SURREALISTA
Gloria, que así se llama la protagonista, fue interpretado por Carmen Maura. Que por aquel entonces ya había intervenido en ‘Entre tinieblas’ y ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, a las órdenes del Manchego. Convirtiéndose de esta forma en la actriz fetiche de la primera etapa de Almodóvar. Fue un papel clave para «la Maura», que pasó de estar encasillada como actriz de comedia o chica de televisión, a ser un artista todo terreno. El papel de Gloria, posiblemente, es el más triste de la carrera de Maura y uno de los personajes más sombríos creados por Pedro Almodóvar.
La protagonista vive en un diminuto piso en un barrio bajo de la capital, junto a un marido taxista que la ignora y la tiraniza, con unos hijos problemáticos que no paran de darle disgustos y una suegra que es uña y carne con su nieto mayor, adicta al Vichy catalán y con la obsesión de regresar a su pueblo. Gloría trabaja como limpiadora para aportar su granito de arena a la pobre economía familiar con un trasfondo social duro.
En este ambiente, Gloria harta de ser insultada y agredida por su marido, decide defenderse. Y con una pata de jamón le da un golpe de kendo que ha aprendido mirando las clases que se dan en el gimnasio que limpia, el marido se desnuca y debe esconderlo. Una escena surrealista, que se convierte en una de las más icónicas de la larga trayectoria del manchego. Como colofón a esta idea, la protagonista para deshacerse del alma homicida decido hacer un caldo con la pata de jamón.
Una escena que en realidad está copiada de una relato breve del escritor británico Roald Dahl, que antes había sido reinterpretada por Alfred Hitchcock en un capítulo de su serie televisiva ‘Alfred Hitchcock Presenta‘ y que Almodóvar le da un toque cañí.
EVOLUCIÓN CINEMATOGRÁFICA DEL CIENEASTA MANCHEGO
El filme tiene una trama marcada por un estilo más cuidado que las anteriores películas iniciales de Almodóvar y en los que la influencia del neorrealismo italiano se complementa con el característico humor «almodovariano». Además, también aparece la frescura de la que siempre hace gala el cineasta, y más en esa etapa inicial de su obra. Todo ello es completado con una ristra de situaciones y personajes surrealistas que fluyen a la perfección y con naturalidad por el guion de la película.
Pero la obra podía haber sido muy distinta a la que conocemos. Para empezar el papel de protagonista de Gloria, en un inicio no estaba reservado para Carmen Maura. El director pesaba que era un papel destinado para Esperanza Roy. No puedo ser porque amplió su participación en el teatro y posteriormente Concha Velasco también rechazó el papel, que al final aceptó Carmen Maura.
Pero ella, realmente no quería el papel protagonista de Gloria, prefería el de su alter ego feliz: Cristal. La vecina prostituta amiga de Gloria. Un papel destinado en un principio para Victoria Abril, pero al final fue Verónica Forqué quien se llevó el papel y lo bordó. El tercer papel protagonista, también femenino, fue para Chus Lampreave, otra actriz icónica y fetiche en toda la carrera de Almodóvar. La veterana actriz por aquel entonces ejerció de suegra de la protagonista, una representación que pretendía ser a imagen y semejanza de la madre del director.
Como nota anecdótica hay que contar la participación de Almodóvar en el filme. El cineasta aparece realizando un playback de Miguel de Molina y su canción ‘La bien pagá’, que sirve para explicar la pobre y atormentada vida sexual que la protagonista lleva. También es el primer cameo de la madre de la madre de Almodóvar en el cine, repitió alguna vez más, y tiene una escena icónica en un diálogo al final del filme con Chus Lampreave.
La obra tuvo una gran repercusión a nivel mundial y fue bien considerada en multitud de festivales y certámenes. El más destacado fue el premio a la mejor actriz de reparto para Verónica Forqué, concedido por la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York. Allí mismo, el propio New York Times consideró al film como una obra maestra y el nombre de Pedro Almodóvar comenzó a sonar para la Academia Americana.
40 años después el cineasta considera esta obra como una de sus favorita, al igual que sus seguidores. Fue el inicio de una carrera internacional dilatada y con numerosos reconocimientos y premios, que han convertido a Almodóvar en nuestro cineasta más universal junto a Luis Buñuel. La Academia Americana ama al Manchego y tiene ganas de darle un Oscar como mejor director, en unos meses saldremos de dudas.
