Aunque sea una sorpresa para el Real Madrid y Florentino Pérez, es más difícil cada día justificar el retorno de los conciertos al Santiago Bernabéu, al menos al nivel que se tenía previsto originalmente. Es que los intentos recientes del equipo y el ayuntamiento de negociar soluciones con las asociaciones de vecinos, como una oferta de insonorizar los edificios aledaños, no han sido aceptadas y dada la complejidad de la insonorización del estadio, todo apunta a que el equipo perder una fuente de ingresos y la capital un espacio para recibir grandes artistas como Taylor Swift o Karol G.
Pero mientras tanto, los otros grandes recintos deportivos acostumbrados a recibir conciertos pueden frotarse las manos. Es que si bien el Estadio Civitas Metropolitano del Atlético de Madrid y el Spotify Camp Nou del Barcelona Futbol Club solo hacen conciertos durante el verano, ambos tendrán vía abierta para buscar a los artistas internacionales más atractivos que saldrán de gira en 2025 y en 2026, años en los que nombres como el de Katy Perry, Kendrick Lamar o el de Oasis suenan con fuerza, esto dejando de lado los espectáculos de artistas locales como Aitana, Estopa o Lola Índigo capaces de llenar los grandes recintos.

De momento ninguno de los dos equipos ha hecho alarde de esta situación, pero si bien el estadio del Barcelona tendrá que esperar todavía varios meses antes de plantearse actividades no deportivas el Atlético de Madrid ya ha anunciado dos grandes conciertos para 2024, por un lado, el cantautor pop Ed Sheeran y por otro la mítica banda de Heavy Metal, Iron Maiden, ambos eventos ya se han agotado.
En el caso del estadio catalán se suma que el patrocinador que le da su primer nombre en la actualidad, Spotify, puede ser suficiente para ser competitivo en el ámbito musical. En Madrid ya han organizado algunos conciertos, sobre todo en el Wizink Center, pero el ser uno de los grandes patrocinadores de la entidad dirigida por Joan Laporta, y la necesidad del equipo de superar finalmente su crisis económica hacen que estos eventos sean atractivos.
AMBOS ESTADIOS SE DESMARCAN DEL MODELO BERNABÉU
Lo cierto es que ambos espacios han dejado claro desde el minuto uno que no quieren aplicar el modelo del Bernabéu. Aunque los conciertos del Metropolitano ya son parte normal del calendario veraniego en Madrid el equipo, que no ha instalado ni planea instalar un césped retráctil como el del Santiago Bernabéu, ha dejado claro desde que no piensan organizar este tipo de eventos en temporada, y se negó a recibir los conciertos aplazados en el feudo madridista, al menos en sus fechas actuales.
Es que para estos espacios la prioridad es que funcione para los eventos deportivos. Así lo hizo saber recientemente la vicepresidenta institucional del Barcelona Elena Fort, «cuando nosotros planificamos el nuevo Spotify Camp Nou, acordamos que los conciertos eran una posibilidad, pero no el tema central de la reforma o el proyecto. Un concierto no se puede hacer durante la temporada. El estadio, históricamente, ha albergado eventos de tal calibre, pero fuera de periodo liguero y demás competiciones», explicaron el lunes por la mañana.
Lo cierto es que esto deja, de nuevo, a España sin un espacio como el Wembley de Londres, que pueda recibir grandes eventos culturales, y no solo en pleno verano. Además, obliga a productoras como Live Nation o Doctor Music a volver a reducir su apuesta de este tipo de eventos solo a una temporada estival donde se terminan viendo obligados a competir con los festivales, fiestas locales y el impulso normal del turismo que vacía las grandes ciudades españolas en estas fechas.
EL REAL MADRID Y FLORENTINO JUEGAN LAS ÚLTIMAS CARTAS
Mientras tanto, el equipo blanco y su presidente, Florentino Pérez, siguen buscando soluciones para la situación, pero cada día parece más complicado, pues no solo es el ruido, sino las concentraciones de personas que salen del estadio, que esperan antes del evento o que aprovechan la falta de insonorización para quedarse en la zona escuchando y generando botellones masivos. En esa realidad, no ha sido posible que ofertas como la reducción del horario o la insonorización de los edificios cercanos sean viables.
En cualquier caso, los conciertos no son la única opción extra para un estadio que, aunque no cumpla con todos los sueños de Florentino, sigue capacitado para recibir otros deportes y que mantiene el proyecto de su centro de ocio, incluso así sin los conciertos se trata de un agujero de 500 millones de euros. Hasta este momento el presidente madridista ha resuelto estos problemas internos tapándolos con títulos, este año no está encaminado en esta dirección.