En una decisión contundente, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena a once años y diez meses de prisión impuesta a un profesor por delitos de abusos sexuales y por someter a un acoso continuo y a un férreo control a una de sus alumnas durante una relación de tres años.
Este caso, que ha generado una gran conmoción, pone de manifiesto la importancia de velar por la protección de los menores en el ámbito educativo y la necesidad de sancionar con firmeza los abusos de poder cometidos por figuras de autoridad. La sentencia del TSJA envía un mensaje claro: no se tolerará el abuso de confianza y la violación de los derechos de los estudiantes.
Una Relación Abusiva y Controladora
Según los hechos probados, el profesor, que ejercía en un centro educativo de la provincia de Málaga, obtuvo los contactos de los alumnos de la clase de la que era tutor a través de un grupo de Whatsapp. Desde finales de 2014, comenzó a mantener conversaciones de índole sexual con una de sus alumnas, a pesar de que se trataba de una menor sin experiencia en la materia.
El acusado se quedaba con la menor durante los recreos en el aula y la fue seduciendo, hasta que comenzaron a mantener frecuentes encuentros cada vez más íntimos, aprovechando los espacios escolares. Además, la citaba en el aula al menos una vez a la semana, donde le realizaba tocamientos y mantenían relaciones sexuales.
Un Férreo Control y Acoso Implacable
Según la resolución, el profesor ejercía un férreo control de todos los movimientos de la alumna, impidiéndole realizar cualquier actividad sin su conocimiento y consentimiento. Incluso le exigía capturas de los chats que mantenía para conocer sus conversaciones y con quiénes se relacionaba.
Cuando la menor intentó romper el contacto con el acusado, éste no aceptó su decisión y comenzó a llamarla por teléfono repetidas veces, llegando a un total de 2.937 llamadas entre octubre de 2016 y enero de 2018. Además, creó cuentas falsas para desprestigiarla ante sus amigos.
Una Investigación Exhaustiva y una Sentencia Ejemplar
La sentencia del TSJA destaca la esforzada y meritoria labor de investigación realizada por el grupo Emume de la Guardia Civil, que permitió recabar abundante prueba que respaldaba el testimonio convincente, emotivo y verosímil de la joven víctima.
El alto tribunal andaluz considera que la sentencia apelada es un modelo de motivación tanto en su aspecto fáctico como jurídico, acorde con la complejidad del caso. Así, ha desestimado todos los argumentos de la defensa, confirmando la condena ejemplar al profesor.
Esta resolución envía un mensaje contundente: no se tolerará el abuso de poder ni la violación de los derechos de los menores en el ámbito educativo. La protección de los estudiantes debe ser una prioridad absoluta, y las autoridades judiciales están dispuestas a sancionar con firmeza cualquier conducta delictiva de esta naturaleza.