La Policía sitúa en un frigorífico el «único y principal» foco del incendio que arrasó los edificios de Campanar

El incendio que arrasó el pasado 22 de febrero un complejo residencial en el barrio de Campanar, en València, y que causó la muerte de diez personas, tuvo un «único y principal» foco de fuego en el frigorífico situado en la cocina de la vivienda número 86 de la octava planta del edificio, situado en la calle Poeta Rafael Alberti. Desde ese punto, el fuego se propagó al resto del inmueble.

Esta es una de las principales conclusiones del ‘Informe de inspección técnico policial’ del incendio realizado por la Policía Científica para dilucidar las causas del trágico suceso. El documento señala sobre la fuente de ignición que «todo parece indicar que pudiera haber existido una incidencia en la zona trasera del frigorífico».

Los investigadores llevaron a cabo un examen detallado del cableado y las conexiones que no han fueron destruidas, «sin descubrir, aparentemente ninguna señal de cortocircuito o mal funcionamiento».

No obstante, el informe, que ha avanzado el diario Levante, advierte que «no se puede ser categórico a la hora de descartar el origen eléctrico de este suceso, debido al alto grado de destrucción de la zona y al rigor técnico de los investigadores no se puede establecer fehcientemente la fuente de ignición». Además, se determina que el incendio presenta carácter accidental.

Entre las hipótesis que apunta el informe acerca de la causa primera del fuego, la Policía señala que la serie de frigoríficos a la que pertenecía el electrodoméstico analizado funciona con un refrigerante conocido como isobutano, cuya «mayor desventaja» es su inflamabilidad, con llamas abiertas, chispas eléctricas, incluso la electricidad estática.

«Así –prosiguen los investigadores– se trabaja con la hipótesis de que una pequeña fuga en los conductos de canalizaciones del refrigerante, provoque la salida del mismo a la atmósfera, y ante cualquier chispa o incluso la electricidad estática del aparato cause la inflamación del mismo. Esto explicaría el tipo de daños que presenta el condensador, en el cual se observa que los conductos han desaparecido por efecto de un elevado calor, con goteo del material afectado».

En un informe de casi cien páginas, los especialistas analizan los daños producidos tanto en el exterior como en el interior de los edificios afectados –donde había más de 130 viviendas– y se centran en la número 86, a la que se considera el lugar donde se iniciaron las llamas.

Así, se constata como zona de inicio del incendio la cocina, por lo que se realizó un desescombro selectivo de la misma. Según manifestaciones de la propietaria de la vivienda en marzo de 2024, no se había realizado ninguna reforma o cambio de distribución del mobiliario fijo de la vivienda original.

En el estudio de la cocina, se descarta el uso de acelerantes de la combustión en su inicio. Analizados uno a uno los electrodomésticos, se descubre que el horno presenta mayor afectación en su lado derecho y frontal; la lavadora, en su parte frontal; el termo eléctrico, en la parte frontal; el lavavajillas tiene mayor afectación en la parte izquierda y, finalmente, la encimera está más dañada en su parte frontal. Todo ello dirige hacia la zona donde se ubica el frigorífico, donde se sitúa el foco de inicio del incendio.

El escrutinio en detalle de la nevera revela que la parte posterior ha desaparecido por efecto del fuego, lo cual facilita el desarrollo del incendio. En esa parte trasera se encuentra el condensador –un tubo muy fino doblado en forma de serpentín– donde se realiza el intercambio de calor del refrigerante con el ambiente. Este condensador presenta un orificio de grandes dimensiones en su parte central. Examinadas las varillas dañadas, los expertos deducen la presencia de una alta temperatura como causante de dicho daño.

Para ratificar la información sobre el condensador, se examinaron varias cocinas de este edificio afectadas por el fuego sin encontrar daños similares a los expuestos anteriormente en el serpentín.

En conclusión, la Policía considera que el incendio comenzó en la parte trasera del frigorífico y de ahí se transmitió al resto de electrodomésticos y mobiliario de la cocina, de acuerdo a las marcas de fuego. El fuego se desarrolló desde ese punto hacia el resto de la vivienda, con la destrucción de la puerta de la cocina y a través del falso techo, comunicado con el resto de la vivienda.

Según las declaraciones del morador, abandonó el piso a primera hora de la mañana del día de suceso dejando la puerta de la cocina cerrada. Las fases iniciales de un incendio en un ambiente cerrado, favorecen una lenta combustión que generaría una «atmosfera extremadamente caliente» a falta de aporte de oxígeno.

«La fractura por calor de los cristales de la ventana de la cocina, son causa suficiente para provocar un aporte de oxígeno a la combustión, que conllevaría que el fuego se desarrollase súbitamente y se exteriorizase al balcón y a la fachada», añaden.

Y una vez centrado el foco del incendio, los técnicos ponen de manifiesto que solo pueden especular con hipótesis sobre la causa primera. Tras realizar inferencias basadas en la consulta de manuales de funcionamiento de esta serie de frigoríficos se toma conocimiento de que funciona con un refrigerante R600a, también conocido como Isobutano.

VIENTO DE PONIENTE

Por otra parte, el informe evidencia que el desarrollo del incendio se vio favorecido por las fuertes rachas de viento de poniente que soplaban en el momento, en una zona de la ciudad, además, con escasa protección del viento por otros edificios.

A medida que avanzaba el fuego por la fachada, se fueron desprendiendo elementos que caían ardiendo. De hecho, en la inspección de la planta 0 se comprobó que había una gran cantidad de restos procedentes del material interno de las placas de aluminio, que se derritió. Esta caída de piezas creó focos secundarios que propagaron y aceleraron el desarrollo del incendio.

Tras la entrega al juzgado del informe, fuentes jurídicas han confirmado que este viernes se ha dictado una providencia dando cuenta a las partes de ello, así como acordando remitir los recursos de apelación a la Audiencia.

Esta misma semana, la Fiscalía Provincial de València ha insistido en solicitar al Juzgado de Instrucción número 9 de València que reabra la investigación judicial por el incendio al considerar que el sobreseimiento se ha adoptado «sin explicación alguna».

El juzgado acordó el sobreseimiento de la investigación después de que la Brigada Provincial de Policía Judicial de Valencia del Cuerpo Nacional de Policía comunicase que las primeras investigaciones permitían descartar el origen criminal o delictivo del fuego.

Frente a esta decisión, el padre del hombre fallecido junto a su mujer y sus dos hijos en el incendio interpuso un recurso en el que solicitaba la apertura del procedimiento y el fiscal se mostró favorable a esta petición. También se adhirieron al recurso, de forma parcial o total, otras partes personadas en la causa.

Sin embargo, el juzgado decidió a principio de este mes mantener el archivo al estimar que las alegaciones expuestas en el recurso de reforma no desvirtuaban la legalidad de la resolución impugnada. De nuevo frente a su postura, la familia de los cuatro fallecidos en Campanar volvió a recurrir –en apelación ante la Audiencia– y el fiscal se ha sumado a la petición de reapertura.