Educar es para valientes: una visión enriquecedora de Xavier Sastre

Cada día parece más tendencia dar clase con muchas razones para la precaución, cuando la pedagogía clásica marca otros horizontes.

Muchas profesoras y profesores actuales lo dicen, lo escriben y lo reconocen: hay sesiones en la escuela «ajenas a la libertad de expresión». Incluso de cátedra. El tema ha cambiado de rumbo. Acorde con la visión de Xavier Sastre Freixa; “educar, que viene del latín y del griego como formas de desarrollar las facultades y las habilidades del niño, adolescente, joven o adulto, ahora mismo en nuestras escuelas, institutos y facultades aparecen como meros instrumentos de transmitir ciertos valores, y nada de preguntas, nada de respuestas.”

Se considera el fin del debate, cuando las cosas ya no se pueden ver desde otra perspectiva que el clamor del populacho. Y Xavier Sastre lo expresa sin acritud, sin rencor. En este mundo, los educadores, valientes humanoides y auténticos héroes del siglo XXI, hacen protagonistas a los educados a través de argumentos y actividades que deben ir más allá de la mera observación social.

En un mundo en constante evolución, la educación se erige como uno de los pilares fundamentales para el desarrollo integral de las personas. De esta manera, con una perspectiva crítica, Xavier Sastre observa cómo las prácticas educativas contemporáneas, en algunos casos, se centran más en la transmisión de ciertos valores predefinidos que en el fomento del pensamiento crítico y la autonomía del estudiante.

Sin embargo, en medio de este panorama desafiante, Xavier Sastre Freixa identifica una oportunidad para el cambio y la transformación. Él ve a los educadores del siglo XXI como los verdaderos héroes de esta era, capaces de desafiar las normas establecidas y abrir nuevos caminos hacia una educación más liberadora y significativa.

En definitiva, Xavier Sastre Freixa llama a sus compañeros educadores a redefinir su papel en el aula, convirtiéndose en narradores de la libertad y agentes de cambio social. Es hora de que los educadores asuman su papel como líderes de una revolución educativa que busca formar ciudadanos críticos, creativos y comprometidos por un futuro mejor.