La crisis migratoria en Canarias se agudiza: «Nadie sabe qué hacer con 5.500 menores»

La crisis migratoria en Canarias supera con creces a la de 2006, cuando cientos de cayucos llegaron a las Afortunadas sin control alguno desde Senegal, Mauritania y Marruecos. La Comunidad Autónoma es incapaz de gestionar a los miles de migrantes internados, de los que 5.500 son menores de edad no acompañados. «Nadie se quiere hacer cargo de ellos si no hay inversión y garantías para poder cobijarles», señalan desde una ONG activa en la zona que prefiere mantener el anonimato para no generar una mayor crispación. «Nadie sabe qué hacer con los 5.500 menores», lamentan.

Los mensajes de auxilio se están repitiendo en la zona, tanto el Defensor del Pueblo como el propio Gobierno autonómico de Fernando Clavijo han exigido soluciones inmediatas y acusan al resto de Comunidades Autónomas de no ayudar en esta alarmante situación.

Lo que quiero es que el Gobierno de España sea diligente y rápido

El problema directo es competencia de Sira Rego, ministra de Infancia y Juventud, inexperta en una gestión de crisis de esta magnitud. Las conversaciones entre el Ministerio de la dirigente de Sumar con el resto de Comunidades Autónomas han sido infructuosas, sin alcanzar acuerdo alguno con nadie, ni siquiera con ERC, con problemas en varios municipios por los centros de menas, como ocurre en la zona del Maresme, y con patrullas vecinales para protegerse frente a la delincuencia de quienes no tienen nada que perder.

EL FRACASO DEL GOBIERNO CON LA CRISIS MIGRATORIA

El Gobierno de Pedro Sánchez activó un plan de urgencia a inicios de octubre del pasado año para paliar la situación en Canarias. Los centros estaban, y están, colapsados, con jornadas maratonianas para los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.

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La medida del Gobierno consistía en repartir a los migrantes por toda España, dejándoles en cuarteles militares, como en Alcalá de Henares, y otros centros, sin control alguno, pero con las necesidades básicas cubiertas. En teoría, todos los migrantes debían ser adultos y en el caso de los menores, siempre acompañados. Pero ni una cosa ni otra. El Gobierno decidió aflojar la presión en Canarias a cualquier coste, incluso haciendo pasar menores por adultos, como le consta a Valencia y Andalucía.

Era un acto de humanidad, como tanto prodiga Sánchez, pero la realidad es peor de la prevista. Los aviones vía Tenerife para aterrizar en distintos puntos de las Comunidades Autónomas generaron desconfianza y desconcierto. Se realizaban los trayectos sin tener preparado el recibimiento, todo un despropósito. Ahora, la situación para Canarias es dramática, especialmente en El Hierro y en Tenerife, donde la seguridad merma por la necesidad de desplazar a otros puntos a las fuerzas del orden.

Sira Rego conoce el problema de primera mano, pero evita poner soluciones. Como si el asunto fuera de otro, la ministra de Juventud e Infancia asegura que es «urgente» poner solución a la crisis migratoria en Canarias. Esta misma semana afirmó que había llegado a acuerdos con Canarias para aliviar la crisis, pero Clavijo le desmiente por completo.

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De hecho, el presidente de las Islas Canarias afirma que la «solidaridad» de las CC AA con la crisis «ha fracasado». Una frase que contrasta con el buenismo de Rego, quien ni está ni se la espera para hacerse cargo de la situación. De hecho, Defensa, con Margarita Robles, ha puesto más soluciones que la dirigente de Sumar.

«Como Gobierno central, tenemos un compromiso con Canarias, y con los niños y niñas migrantes que llegan a nuestro país», afirmó Rego el pasado martes. «Lo que quiero es que el Gobierno de España sea diligente y rápido, al igual que con otras cuestiones como la amnistía, en la resolución del grave problema que tenemos de los menores no acompañados porque no podemos garantizar sus derechos y, en definitiva, su proyecto de vida», afirma Clavijo tan solo 96 horas después, mostrando así la falta de soluciones que dice poner el Ejecutivo.

Asimismo, la Policía Nacional tiene entre sus labores comprobar la edad de los migrantes, una tarea ardua y difícil porque muchos de los recién llegados «mienten» tanto con su edad como de su procedencia. Mientras tanto, los hacinamientos son una constante, como también ocurre en el aeropuerto de Barajas.

Se pone así de manifiesto la falta de un protocolo transparente para abordar estas llegadas y la ausencia de vías legales y seguras para los migrantes. La situación se agrava al notar que la respuesta a estas crisis migratorias tiende a politizarse, lo que dificulta la implementación de medidas coordinadas y eficaces. Este aumento en las llegadas, especialmente a Canarias, pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar la migración desde una perspectiva humanitaria y establecer protocolos consensuados entre gobiernos y comunidades autónomas.