La semana de protestas que han tenido que enfrentar en Francia los transportistas españoles, y los extranjeros que llevan productos del país a través de tierras galas, han sufrido cortes de carreteras y actos vandálicos que incluyen arrojar su mercancía al suelo y dañarla esto sin contar con las que se estropea por pasar demasiadas horas sin poder moverse de su punto en la carretera.
Pero la situación no parece tener una solución rápida. De hecho, según el secretario general de la Confederación Española de Transportes y Mercancías (CEMT), Dulsé Díaz Fresno, quien se tomó el tiempo de hablar con el Diario Que!, asegura que dependiendo de la situación de la agricultura en el territorio galo, pueden tener que asumir al menos una semana más de protestas y asume que puede seguir alargándose incluso más tiempo dependiendo de las medidas que decida tomar el Gobierno de Emmanuel Macron.
Es un golpe duró para el transporte por carretera y para los agricultores. Según lo comenta el propio Díaz Fresno, la frontera entre España y Francia es atravesada diariamente por unos 20.000 camiones que transportan mercancías. Todos ellos pueden ser afectados por la situación y pueden perder su mercancía, sin contar con que en varios casos se han denunciado daños directos al vehículo.
Según lo cuenta el secretario de la CEMT la única orden que pueden confirmar que se ha dado desde Francia a la policía para evitar ataques a transportistas y productos extranjeros es únicamente que no se ataque el vehículo y no se dañe a los conductores. Aunque en teoría esto debería alcanzar para evitar los ataques, los testimonios de transportistas que han atravesado el país desde que iniciaron las protestas.
LOS COSTOS DE LAS PROTESTAS PARA EL TRANSPORTE
Para el sector el problema no solo es el costo de cara a los productos que se pierden, sino la relación entre las empresas de transporte, agricultores y sus clientes. El problema es que, más allá del motivo por el que no llegue, o al menos llegue tarde, la mercancía puede resultar en disputas por el pago. Según algunas fuentes del sector, incluso llegan algunos clientes a negarse a pagar algunas entregas.
Esto deja a las empresas de transporte en la complicada situación de verse obligadas a plantear un precio mayor por servicios iguales, asumiendo la prima de riesgo durante este mes. Sería una medida que no gustaría a los clientes, y que puede abrir la puerta a que busquen otras opciones, y que podrían mantenerse de cara al final de las protestas, que puede ocurrir en los próximos días.
A esto se suma el costo que tiene cada viaje para las empresas. Son aproximadamente unos 600 euros al día por cada camión que se encuentra en carretera, y si sus viajes tardan más, o se ven interrumpidos por vandalismos, son costos que a pesar del crecimiento que tuvo el sector del transporte de tierra en 2023 pueden ser especialmente dolorosos en plena cuesta de enero.
MEDIDAS DE DEFENSA DE LOS TRANSPORTISTAS
Los transportistas españoles, e italianos, que han tenido que atravesar el territorio galo estos días, han conseguido pequeñas estrategias para defenderse. Desde desvíos largos evitando las principales carreteras del país, o al menos cuidarse de solo intentar atravesar las «barricadas» cuando están volviendo a España con cargamento de otro país. Es que si algo señalan en repetidas ocasiones los transportistas es que los actos vandálicos de material son siempre al estar cargados de productos de origen español.
«Los franceses aseguran que nuestras condiciones son más flexibles que las de ellos, pero nos castigan a nosotros y afectan nuestro sustento», explica uno de los transportistas contactados por el Diario Que!. Lo cierto es que son pocas las opciones que tienen para protegerse de una situación que no tiene nada que ver con ellos, y que está más relacionada con el problema de la Unión Europea, y de Francia, en cuanto a las exigencias fitosanitarias y de sostenibilidad que hacen sobre el sector agrícola en cada país.
PEDRO SÁNCHEZ REACCIONA EN SU DISCURSO PERO NO TOMA ACCIONES
Casi una semana después del inicio de las protestas, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, finalmente ha alzado la voz para defender la agricultura española y pedir que se respete a los transportistas españoles que atraviesan el territorio galo llevando productos.
«He tenido ocasión de hablar con el presidente Macron al respecto», ha reconocido el presidente en una comparecencia ante los medios de comunicación al término de la reunión extraordinaria del Consejo Europeo.
Sánchez ha remarcado su respeto al derecho de los agricultores a manifestarse «pacíficamente», pero ha condenado el ataque a los transportistas y también a los productores españoles, «que están haciendo su trabajo desde la legalidad y que, con su esfuerzo, están abasteciendo a mercados y a los hogares europeos».
No parece suficiente, pero es al menos un comienzo. Lo cierto es que hasta que no se tomen medidas en Francia, los transportistas españoles sufrirán las consecuencias del retraso. A esto se le puede sumar la complicada realidad que también tienen estas empresas a la hora de lidiar con la competencia de países como Marruecos o Sudáfrica.
